1. Fantasías en la playa


    Fecha: 07/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Era una cálida noche de verano, las chicharras canturreaban a lo lejos. Las olas del mar golpeaban contra la playa, con susurros. Era incapaz de dormir, la luna se bañaba en el mar y el aire era claro y limpio; decidí darme un baño, para ver si se me pasaba el calor y la angustia. Como todos dormían en la casa decidí dármelo desnuda, lo cual me ponía, siempre había sido una de mis fantasías eróticas...
    
    Bajé con una toalla grande que me cubría, no había nadie por allí, tan sólo la luz lejana del puerto en el horizonte me hacía compañía, junto con la luz de la luna. Dejé la toalla a unos pocos metros de la orilla, y me zambullí en el agua. Estaba fresca, pero no tanto como yo hubiera querido. De entre las sombras surgieron unos murmullos que antes había pasado desapercibidos; era Cesar, uno de los curritos de mi padre, siempre me había parecido atractivo, es más, me gustaba.
    
    Estaba cerca de la valla, el tampoco podía dormir, quizás también él quisiera darse un baño. Decidí salir del agua, antes de que se metiera él. Salí, cogí mi toalla y rápidamente me la coloqué, cuando llegué a la puerta de la valla que daba acceso a mi casa me vio y me miró con ojos de gacela asustada, estaban brillantes por la tenue luz de la luna.
    
    -Buenas noches!, dije yo
    
    -Buenas!, qué hace tan tarde por aquí?
    
    -Refrescarme
    
    -Esa es una buena idea, cuando acabe con esto tal vez la imite, si me lo permite.
    
    -Es libre de hacer lo que quiera, no es mi esclavo.
    
    -Era una forma de ...
    ... hablar.
    
    -Buenas noches
    
    -Buenas noches
    
    Nos despedimos sin más miramientos, había estado toda la tarde recogiendo el garaje y acababa de terminar, estaba todo sucio, sudado y sin camiseta.
    
    Subí a mi cuarto y como una adolescente me puse a mirar por la ventana, asegurándome que, por un casual, no se me viera. En efecto, como yo esperaba se dirigía toalla en mano al mar, en aquel momento llevaba un bañador, que se acabó quitando antes de entrar al agua; algo que me extraño fue que miró hacia la casa y se sonrió; “me habrá visto? No, no puede ser” me dije a mi misma, desde aquí no se me ve. Pero entonces... va! Mejor olvidarlo.
    
    Cuando salió del agua vi su penduleante polla, no estaba excitado, pero aún así era ya grande. Me volí y me escondí bajo el poyete de la ventana, estaba completamente excitada y empezaba a estar húmeda, me quité la toalla y me tumbé en la cama, con la esperanza de quitarme de encima ese calor..., pero era demasiado, aquella visión me atormentó durante el sueño; imaginaba nuestros cuerpos bañados por las olas, su lengua masajeando mi clítoris, mis manos amasando su enorme aparato..., cuando desperté por la mañana aún no había amanecido, y nadie había despertado; me puse una camiseta y traté de seguir durmiendo, esta vez sin sueños.
    
    Desperté al medio día, con la camiseta completamente empapada en sudor; la tenía pegada al cuerpo como si me hubieran arrojado un cubo de agua. Me puse un bañador ligero y un pareo a la cintura. Bajé a desayunar. Ya todos ...
«1234...9»