1. Rosy en un día cualquier de calentura


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... gritar que no parara. La rudeza con la que la verga Luis campeaba en el interior de mi chocho me tenía tan excitada como confundida. Nunca jamás nadie me había usado de esa forma, en mitad de ese placentero suplicio, mi amante afianzó su ataque cogiéndome de los pechos. Al sentir sus garras clavándose en mis tetas mientras su pene destrozaba mi cordura a base de fieras embestidas, me llevó a un estado de lujuria sin igual: -Cabrón, ¡me estás volviendo loca!- alcancé a decir totalmente entregada. Jamás había experimentado algo igual, el placer de ser tomada en ese lugar, -Todavía no he terminado- contestó “mi agresor” Luis oír mi suplica y pellizcando duramente uno de mis pezones, me exigió que me moviera. Obedeciendo, bombeé mis caderas hacia adelante y hacia atrás siguiendo el ritmo de la dura verga que me hoyaba mi sexo. Mi nuevo entusiasmo le pareció poco y mostrándome su disgusto con un azote sobre una de mis nalgas, ese cerdo me obligó a incrementar mi bamboleo. -Me vas a romper- chillé al sentir su pene golpeando contra la pared de mi vagina. Para entonces todo mi mundo estaba concentrado en lo que ocurría dentro de mi coño y en el violento asalto al que estaba sometido y por eso no me importó que ese maldito estuviera castigando mi culo con duros manotazos. Es más cada uno de esos golpes incrementaron el placer que sentía y sin ...
    ... poder hacer nada por evitarlo, me corrí cuando sin avisar experimenté que mi conducto se llenaba de su semen. -No te corras adentro- protesté sin dejar de moverme. Nada pude hacer por evitarlo. Mientras todo mi cuerpo era sacudido por ese cúmulo de sensaciones, ese maduro me sujetó de la cintura y me obligó a ser receptáculo de su simiente. -¡Por favor! – supliqué al recordar que no estaba tomando la píldora y que podía quedarme embarazada. Obviando mi sufrimiento, el desconocido vació sus huevos en mi interior con decisión. Solo cuando se sintió satisfecho, sacó su verga y buscando mi completa humillación, la puso frente a mi boca y soltando una carcajada, me ordenó: -Límpiamela. Como un zombi sin voluntad, saqué mi lengua y comencé a lamer ese enorme tronco con un fervor que me dejó aún más consternada porque, no en vano, me percaté que seguía excitada y que en lo único que podía pensar era en que volver a sentir ese pene incrustado dentro de mi chocho y que en vez de estar limpiando de mis restos su verga lo que realmente estaba haciendo era mamársela. Haciéndome saber que me consideraba una guarra, se guardó la verga y cerrando su bragueta, murmuró: «Soy una puta barata», pensé de mí al sentir el esperma discurriendo por mis muslos, como perra sin dueño, me lo quedé mirando deseando que me hiciera una seña para irnos a mi casa. “ 
«1...3456»