1. La zodiak


    Fecha: 10/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... excitó muchísimo. Y creo que a él también.
    
    Después de un par de horas de cháchara e indirectas, me dijo que si me apetecía bañarme. Por supuesto que me apetecía volver a bañarme. Él entró primero en el agua, nadó un poco y paró cerca de la orilla. El agua estaba fría. B. había decidido que era su hora de jugar. Empezó a salpicarme y entré corriendo al agua, dispuesta a ahogarle por cabrón. Cuando llegué a donde estaba, me dijo “shhh, shh, silencio, no lo oyes?”. “El qué?”. Yo estaba distraída intentando escuchar. Se acerco lentamente y de frente hacia mí y antes de que me diese cuenta, había pasado mis piernas alrededor de su cadera.
    
    De repente reaccioné. Nos quedamos mirándonos y él se acercó a susurrarme algo al oído. “No te muevas”. Por supuesto que no me iba a mover. Empezó a besarme el cuello lentamente. Cuando llegó a la altura de mis labios, quise besarle, pero en cuanto me moví, volvió a susurrarme al oído “no te muevas”. Aquello me excitaba muchísimo. El corazón me latía a mil por segundo. Entonces puso sus manos sobre mis caderas, y me apretó contra él. Podía notar su erección por debajo del bañador. El agua estaba fría.
    
    Me levantó todo lo que pudo, y empezó a lamerme los pechos, a mordisquear mis pezones y a jugar con su lengua. Todo muy lentamente. Yo creía que iba a explotar. Volvió a bajarme y pude comprobar que su erección seguía ahí. Le miré fijamente a los ojos y le pasé la lengua por los labios, para terminar en su oreja susurrándole “quítate el ...
    ... bañador”. Sin separarme de él, se quitó el bañador y lo lanzó a la orilla.
    
    Según miré hacia abajo, me empezó a apetecer cambiar mi lengua de sitio. Desmonté y aguantando la respiración, me metí su polla dura en la boca. Mi lengua jugaba con esa piel suave y fría por el agua. Era delicioso sentirla latir entre mis labios.
    
    Cuando no pude aguantar más, salí del agua. La cara de B. había cambiado por completo. Me agarró con fuerza y me susurró al oído “quítate el bañador”. Lo hice y lo lancé junto al suyo. Podía notar su polla tan cerca, insinuándose, amenazando con penetrarme. Casi no podía aguantar la excitación.
    
    Me separó ligeramente las piernas y mirándome de forma lasciva, me penetró con toda su fuerza. Sentí cómo iba abriéndose camino en el calor y humedad de mi cuerpo de 20 años. La tenía dura. Podía notarla latir. Y pude escuchar el primer gemido de B.
    
    Empezamos a movernos con el vaivén del agua y la fricción me llevó a tener mi primer orgasmo. Notaba los espasmos del orgasmo mientras su polla seguía entrando y saliendo, dura como una piedra. Sin separarme, me agarró de las caderas y me acercó a la orilla. Tumbándome boca arriba, siguió con sus penetraciones, cada vez más intensas y profundas.
    
    Mi segundo orgasmo estaba en camino, pero iba a esperarle. Me giró y me puso a 4 patas. Cada minuto que pasaba, su ritmo se aceleraba. Yo notaba como él estaba a punto...
    
    Le pedí que termináramos cara a cara. Quería verle la cara cuando se corriera. Y entonces, llegó. ...