LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 2 - Relatos Eróticos

LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 2

Entonces le conté a Laura…	
“Esto sucedió cuando me nombraron docente en la Facultad, en varias materias técnicas. En realidad, yo era solamente auxiliar de los titulares. No te la quiero hacer muy larga. Tenía 32 años y había terminado mi carrera hacia cuatro años. En ingeniería era más difícil conseguir cargos porque había mucho más postulantes. Además de la docencia, yo trabajaba en una empresa bastante importante de infraestructura y compartía una oficina propia con dos amigos. Pero esto no tiene mayor importancia. Luego de dos años como ad honorem me rentaron. Todo iba muy bien. Al igual que mis socios en la oficina propia, también la “usaba” como alternativa para “trampitas” con algunas colegas y también alumnas…, que estaban para “merecer”. Sin problemas. En varias oportunidades me crucé en los pasillos, o en alguna reunión de profesores, con una docente que no tenía idea de quién era ni que hacía. Era una señora muy bonita y muy elegante, con algunos años más que yo, pero lo que más me llamó la atención es que no se trataba con nadie, más allá de lo estrictamente profesional. Con discreción, dado que algunos de mis alumnos también lo eran de ella, pude averiguar, que era titular de una materia que yo ni siquiera sabía que existía: metodología. Los alumnos, algunos propios, no supieron decirme que era eso con demasiada precisión…, pero la docente no era profesional, ni arquitecta ni ingeniera. Todos le decían profesora y hacía como 15 años que era titular de la ...

... cátedra. Hasta allí mi conocimiento. En una oportunidad que estaba tratando de conseguir más información sobre algo en lo cual estábamos trabajando, fui a la biblioteca a buscar documentación afín. La biblioteca, por entonces, tenía varias mesas grandes, como era común en la aulas, y cada un metro y medio, más o menos, tenían una lámpara y un apoya libros, para que estuvieran inclinados para leer con mayor comodidad, y un espacio para que pudieras tomar nota. Ojo, en esa época no existían todos los artefactos tecnológicos de hoy: compu, visores, pantallas y todas esas cosas que ahora son comunes. Busqué donde sentarme, -había bastante gente, más que nada alumnos-, y el que encontré libre estaba frente a otro lector. La lámpara alumbraba perfectamente ambos espacios de lectura y trabajo. Grande fue mi sorpresa –grande y agradable-, pues frente mío está la profe de metodología… La saludé cuando me senté. Sin levantar la vista de lo que estaba leyendo, respondió secamente…, y me puse con mis libros. Estaba muy enganchado con la docencia…, y con la pertinaz intención de enganchar colegas y alumnas para un poco de “divertimento” y relajo…, y me iba bastante bien.”

-Vos eras casado por entonces. – Laura estaba atenta a mis trampas. 
-Sí, claro, pero eso no era impedimento para tirarme lances, total todos sabían cuál era mi estado civil, dado que en más de una oportunidad había venido mi esposa con algunos de mis hijos…, para la “inspección” correspondiente…, además, la oficina que ...