1. Me costó, pero lo hice mío (2da parte)


    Fecha: 12/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... volvió la rabia, partí a su casa enojadísima. -hola Cata. -nada de hola, quién mierda era esa huevona. Camilo se largó a reír y me dio rabia, por lo que me abalancé para golpearlo. El intentó detenerme y me detenía los golpes, pero aún así zafaba y le golpeaba aún más. El seguía deteniendo mis golpes y poco a poco empezó a dominarme, yo aún intentaba zafar y el me apretaba aún más. Comenzó a buscar mis labios, pero yo lo esquivaba, seguía buscando mi cuello y yo me sentía invadida y esa sensación me calentaba. Esa actitud de ser invadida, de ser dominada, incluso pensaba a medida que lo golpeaba que ojalá yo pudiera caer en una sensación de sumisión y de violación. Al final, me bajó los calzones a la fuerza y ya estaba mojada como siempre me pasaba con el y lo sentí muy duro a medida que su pene golpeaba como un animal mis paredes vaginales. Me llenó entera de su leche y sentía como mis recovecos vaginales saciaban la sed de su semen. A pesar que lo necesitaba, me hice la sentida y me dijo que volvería a tener sexo conmigo siempre y cuando cumpliera con lo que el me pedía. Lo pensé rápido y yo seguía con ganas de sexo. Ojalá lo más bestial posible. A pesar que lo que me estaba pidiendo me era difícil, entendí que no era imposible, así que le dije que me diera una semana para que pudiera sentir mis olores. Decidí que de martes a martes usaría la misma ropa interior y ya tenía todo programado para que mi esposo no se diera cuenta: el martes quería empezar a usar calzones ...
    ... negros, pero decidí que sería mucho mejor si eran blancos, puesto que se vería la suciedad de mi sexo. Ese martes los usé todo el día y el miércoles también, pero la diferencia es que como mi esposo llegaba a las 19, a eso de las 17. 30 me lavaba mi vagina y mi trasero y me cambiaba para que no se diera cuenta de nada. Al día siguiente, el se iba y me cambiaba los calzones, cuando orinaba no me limpiaba como normalmente una lo suele hacer, aunque sí me limpiaba mi trasero cuando defecaba, pero el calzón se ensuciaba a cada día que pasaba. A las 17. 30 me volvía a limpiar y me cambiaba la lencería. Un día de esa semana me lo topé y ahora fui yo la que le dije no porque al final tendría una enorme sorpresa. El fin de semana fue complejo porque lo usaba al rato (o me limpiaba con ellos cuando iba a orinar) y el lunes fue el postre de todo: el lunes no me bañé y decidí no salir todo el día porque como estábamos en verano, el calor que hace acá en Santiago es insoportable, entonces, el martes iba a hacer lo mejor de todo. Mi marido se fue, me puse los calzones con olores muy fuertes, manchados por razones obvias en la parte de atrás, y salí a trotar sin echarme desodorante. Le avisé a Camilo que me esperara listo para la acción, le dije que me diera una hora, tiempo suficiente como para llegar muy sucia. Esa mañana ya habían cómo 21 grados, por lo que pueden imaginar cómo sudaba. Solo pensaba en si realmente le gustaría sentirme de esa forma porque yo me empecé a sugestionar con que me ...