1. Merecida infidelidad


    Fecha: 12/08/2018, Categorías: Voyerismo Autor: Elisa, Fuente: CuentoRelatos

    Mirian es una hermosa mujer de 38 años, compañera de trabajo con la que he podido intimar en los últimos tiempos por coincidencia en las tareas laborales. Su historia es bien sencilla, además de monótona. A pesar de tener estudios universitarios y de los cambios que en la mentalidad de la mujer han acaecido en España, ella sigue teniendo unas ideas tradicionales en cuanto al matrimonio, el sexo, la infidelidad y otros tópicos. Bien cierto es que esto es debido en gran parte por las influencias del impresentable machista que eligió por pareja. Si esto cuento es por la necesidad que ella me mostró de crear una vía de escape a sus frustraciones. Sabía de mi afición a escribir sobre muchos temas y me pidió hacerlo sobre su experiencia.
    
    Bien, Mirian, aquí están mis palabras sobre tu realidad:
    
    Vidal es un tipo de clara idea fascista, conservador con su entorno, bebedor y putañero. Es biólogo, ex – militar y sabelotodo. Mirian se enamoró de él en los tiempos de instituto, casándose con él tras un largo periodo de novios. Este tipo es de los que piensan que las mujeres somos seres inferiores, creadas por Dios para darle hijos, placer y estar a plena disposición del macho. En fin, de esos tipos que poco a poco van quedando en extinción, por suerte.
    
    Mirian es una encantadora compañera en cuanto a su amabilidad y disposición a ofrecerse a cualquier necesidad que tengamos el resto de los humanos, pero de esas personas que rehúyen de las realidades de la vida. Es como si su ...
    ... desagradable marido le hubiese lavado el cerebro. Por ello, en cuanto nos reunimos varias personas y sale el tema sexo, religión, educación o temas que pueden suscitar controversia, huye de la conversación, se sonroja y se mete en su burbuja.
    
    En la época de temporada alta en nuestro trabajo, nos vemos obligadas a realizar horas extraordinarias que nos vamos turnando por grupos. En la última temporada, coincidimos las dos de compañeras para las tareas de tarde. Fue aquí cuando me atreví a ir progresivamente sacando el tema del sexo. Tenía la excusa perfecta dada mi condición de recién divorciada, lo que me daba cierta cancha para hablar del tema.
    
    Le comenté que si algo echaba en falta del matrimonio era precisamente el sexo. Recordaba las fantasías de pareja, las posturas del kamasutra que practicábamos, el sexo oral. Yo notaba cómo ella se sentía incómoda hablando de estos temas, más bien escuchando, porque hablar, la verdad, hablaba poco, pero yo seguía dando explicaciones a las que ella cada vez, mostraba más atención.
    
    Pasados varios días de monólogos, por fin se atrevió a hacerme algunas preguntas. Me preguntó si había sentido un orgasmo alguna vez. Me quedé paralizada, en primer lugar, e indignada de pensar que el machote de su marido no había sido capaz de ofrecerle placer en tantos años de convivencia. Fue entonces cuando comencé a idear la manera de que Mirian disfrutara alguna vez de sexo de verdad, del que se hace a dos, del que los placeres se reparten.
    
    Mi ...
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