1. Mujer seria y respetable (9)


    Fecha: 13/08/2018, Categorías: Gays Autor: Ventroig, Fuente: CuentoRelatos

    ... placer.
    
    Peineta: Interesante poder imaginar que son tus dientes en mis muslos, la sensación es de lo más agradable y estimulante, la verdad nunca me he prestado tantas atenciones yo sola y el resultado es el esperado, más abundancia en flujo… más excitación, más deseo.
    
    Cepillo: No ha estado mal la sensación de azotarme y sentir una pequeña mezcla de dolor y ardor, mientras por mis muslos iba notando como resbalaba mi flujo, que la verdad era muy abundante y que ha aumentado cuando estaba con el mango del cepillo dentro, unido a tener las manos en la nuca e intentar que no se saliera, me hacía ser mucho más consciente de mi cuerpo.
    
    La boca abierta y babear... bueno, me sigue pareciendo algo extraño y poco erótico la verdad.
    
    Orgasmo: Mmmm genial! me he pegado a la pared, que ya no me parecía tan fría, quizá porque yo estaba bastante caliente jaja, tenía mi cuerpo lo más pegado a ella que podía, las piernas abiertas, mi mano izquierda estaba quieta, solo movía mi pelvis y tenía un dedo dentro atrás en mi ano... solo a mitad, el resto solo era movimiento, si lo hacía hacia delante me rozaba el clítoris, y hacia atrás introducía más mi dedo, era como si me follaras ...
    ... tu…”
    
    “Efectivamente, me he levantado muy mojada de nuevo (aunque está dejando de ser una novedad levantarme así, y usted sabe bien el porqué).
    
    Me costó dormir claro… entre la excitación de mi cuerpo por no poder llegar y mis pensamientos por otro lado..
    
    También te doy la razón, me mantienes en un estado que me gusta, aunque se me había ocurrido que quizá podría resultar demasiada tensión en algún momento.
    
    La verdad, desde ayer solo tengo una idea en la cabeza y es la de conocerte en persona con carácter de urgencia, jajaja.
    
    No te lo quería comentar, porque pensé que me dirías que no… pero yo también tengo muchas ganas de estar en tus manos.”
    
    A partir de ese momento elegimos día y hora para conocernos, la tensión sexual había crecido constantemente y ya era el momento de ponernos cara y voz.
    
    “He llevado las bolas puestas, y cuando he llegado a casa me he masturbado como me has dicho, por cuarta vez…
    
    No sé, estoy excitada, motivada, caliente (mucho), frustrada, porque no me he corrido en todo el día y en cambio no he parado de tocarme, nerviosa por mañana, ansiosa… y por ahora no se me ocurren más palabras que acaben en "ada" o "siosa".
    
    Continuará... 
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