Mis machos del campo (segunda parte)
Fecha: 13/08/2018,
Categorías:
Anal
Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos
Les seguiré confesando (con todo placer) como me transforme en una hembra tan puta como jamás imaginé. Repasando estos hechos que cambiaron mi vida recuerdo perfectamente aquella primera vez en el arroyo con mis machos. Nunca me sentí tan plena y satisfecha. Como me equivoque cuando surgió aquel trabajo para Luis (mi marido) al deprimirme pensando que viviría una vida campesina monótona y aburrida.
Ese primer sábado de lujuria Luis llego a casa tarde y yo me hice la dormida, había dejado preparado su cena así que solo me dedique a fantasear entre sueños con la experiencia en el arroyito con mis chicos. El domingo me levante temprano y desayunamos con Luis que me conto el viaje al pueblo del día anterior. Me pregunto que había hecho todo el día sola, le respondí que aburrirme como una ostra (si el supiera lo bien que lo pase). El calor agobiaba y Luis me propuso ir juntos al arroyo a refrescarnos. Llegamos al mismo lugar donde había estado con mis chicos ayer y nos metimos al agua. No podía dejar de pensar en lo que había vivido por primera vez en mi vida, me excite tanto que abrace a Luis estimulándolo a que me cogiera, el reaccionó de pocas ganas y se limitó a chuparme las tetas y pajearme con sus dedos, acabe rápidamente, mas influida por el recuerdo que por su estimulo. Cuando regresamos a la casa me mostro el nuevo teléfono que Don Carlos le había dado para comunicarse por novedades de la empresa. Luis muy contento quiso sorprenderme y me cedió el viejo suyo con un ...
... nuevo chip, de modo que ahora podría comunicarme de manera independiente con mi propio número. Quería mensajearme con mis chicos, decirles y que me digan cosas sucias por mensajes, pero no tenía su número y estando Luis no sabía cómo arrimarme a su casa para pedírselo,
Llovió durante toda la semana siguiente, así que Luis pasaba su tiempo en el galpón haciendo algunas tareas con los chicos y anotando algunas novedades en la PC del escritorio .Esto me puso de mal humor, porque por las noches esperaba a los hermanos espiándome, deseándome y pajeandose en la ventana por mí. Pero la lluvia no paró hasta el jueves a la tarde. Don Carlos ya había mandado un mensaje a Luis diciéndole que ya que había poco que hacer en el campo se llegara hasta el pueblo para llevarle las noticas de la semana en el campo y ver algunas máquinas y animales en la pequeña exposición que se iniciaba el fin de semana. Cuando me comento la novedad me moje toda en el acto de solo pensar en que tendría dos días y dos noches para hacer de todo con mis machos. El viernes a la mañana Luis salió en la camioneta hacia el pueblo y a los pocos minutos se arrimó a casa Juan, uno de los mellizos, que era el que menos me había gozado en el arroyo, cuando entro le acaricie suavemente la pija y lo bese, le pedí el número del teléfono que compartía con sus hermanos, le dije que siguiera trabajando con los otros dos chicos. Me gustó mucho ver como se iba caliente y rezongando porque no le había dado más que un beso y una ...