1. Inició con mi primo


    Fecha: 16/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Hoy tengo 22 años, pero siempre fui muy caliente desde que tengo memoria. En cuanto empecé a tener erecciones y a sentir placer al tocarme, empecé a sentir curiosidad por el placer que podía producir en otros hombres. Y cuando eventualmente durante mi pubertad, llegó el momento de experimentar, las cosas se dieron con mi primo Alonso. Alonso fue un niño problemático, unos dos años menor que yo, pero se llevaba bien conmigo y teníamos una relación bastante amistosa. Nos veíamos al menos unas dos o tres veces al mes, en su casa, en mi casa, en casa de mi abuela, etc. Y es aquí donde comienza la historia. En una ocasión, nos quedamos a dormir en casa de mi abuela; compartíamos cama y era un espacio relativamente pequeño, para un par de pubertos que ya estaban dando el estirón. En algún punto de la madrugada, por una razón u otra, empezamos a hablar de sexo y me preguntó si yo ya me la jalaba. Y sí, yo ya lo hacía, pero por vergüenza, le dije que no. Él me dijo que él sí y que se sentía con madre y procedió a quitarse la sábana para enseñarme su verga bien parada. Nada descomunal, pero inclinada hacia abajo. Empezó a jalársela hasta que unos minutos después, empezó a venirse. Y listo, no se habló más del tema. La siguiente semana, fuimos a descansar al rancho de la familia y estuvimos también compartiendo cuarto, dado que sólo íbamos él y yo. Estando ahí, de noche, volvió a salir el tema. Aunque esta vez, yo esperaba que llegara más lejos. "Ya te la estás jalando" me preguntó ...
    ... y le dije "no, me empieza a doler cuando lo hago y que no sé qué estoy haciendo mal. " "A ver, enséñame como le haces". Me saqué mi verga, aún dormida y empecé a masajearla, pero no se me estaba parando. "¿Ves?" le dije, "Ni se me para". Se quedó extrañado y luego él se sacó su verga, que ya estaba bastante dura y se acercó a mí. "A ver, házmelo a mí a ver si me duele o algo". Acerqué mi mano a su verga y empecé a masajearla como yo sabía que debía hacerse. De arriba a abajo, despacio, cubriendo y descubriendo su glande que ya estaba rojo de la erección. "No mames, lo estás haciendo super rico. Síguele". Yo continué, acelerando un poco más mis subidas y bajadas, mientras él cerraba los ojos y sostenía los gemidos. Estaba encantado con la idea de estarle dando placer a mi primo. "Ya mero me vengo", me dijo. Yo seguí jalándosela hasta que echó unos chorros de mecos sobre su abdomen y listo; la paja había terminado. la primera, al menos. Después de eso, pasó otro mes para volver a verlo y fui a su casa con la intención de quedarme "a dormir" esa noche. Estaba con nosotros otro primo y parecía que se iba a quedar también a dormir, por lo que pensé que mis planes de pajear a mi primo, iban a arruinarse. En una oportunidad, estábamos mi primo y yo, sentados en la escalera y me susurró: "Ya quiero que ese pendejo se vaya. La traigo bien dura ya". Yo solo le sonreí y le vi la verga marcándosele bajo el short. Unas horas después, el primo se fue y nosotros nos fuimos "a dormir". Su ...
«12»