LA PATRONA EXIGENTE 6 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 6

“«¿Sabés abuelita? Me gustó mucho jugar con Dani…» Yo estaba dormitando, tratando de reponerme de las “trabajosas exigencias”. Ellas volvían a hablar como si yo no existiera. «En realidad no estuvieron jugando.» «¿Cómo qué no? ¡Nos divertimos un montón!» «Si, claro. Pero estuvieron cogiendo, no jugando.» «Si, ya sé que jugar con la pija del chico y la concha de la nena se llama coger. Pero es un juego. Divertido y gozoso como ningún otro. Vos misma me lo dijiste. Que no había cosa más linda en la vida que tener a un chico que te guste dentro de ti. Bueno, yo tengo a Dani que me gusta muchísimo…, y yo sé que a vos también te gusta…» «Baahh…, no creo que haya mujer que no le guste tener a Dani dentro.» «¡Si, seguro! ¿Viste qué lindo es cuando Dani te deja la pija dentro de la concha o el culo, y la hace temblar? A mí con eso sólo me hace acabar… A vos también te lo debe haber hecho…» «Si, mi amor. A mí también. Dani es único, sin duda.» «¿Y viste que rica es? ¿Qué lindo es chuparla y sentir el gustito? Algo único… Bueno… yo hablo sin saber… Nunca tuve en mi boca, ni en los otros agujeros, otra pija que la de Dani…, pero creo que es única…» «Te lo aseguro, tesoro. Yo conocí un montón…, pero ninguna tan rica como la de Dani. Por eso quise que te desvirgara…» «¡Y no sólo es rico tenerlo adentro! También me gusta mucho cuando me acaricia, o me pasa los labios y la lengua por el cuerpo, cuando me toma los pezones con los labios y me aprieta, y con la lengua los acaricia…, y cuando ...

... me mete la lengua en la conchita, o me abre los cachetes del culito y me acaricia el hoyito con la lengua… ¡Oh Dios! ¡Todas esas cosas me vuelven loca! ¡Y no voy a poder cambiarlo por otro!» «No es necesario que lo cambies, mi amor… Cuando encuentres otro chico que te guste…, también podés “jugar” con él sin dejar a Dani. Podés jugar con los dos, juntos o separados, como más te guste. Dani no se molestará para nada… ¿No es cierto Dani?» Abuelita se había dado cuenta de que yo no estaba durmiendo, sino escuchando atentamente las “consideraciones” sexuales sobre mí. «¡Jajaja! Me parecen que ustedes exageran…, o son muy complacientes…» «¡Mi amor!» Cuando me oyó Ludmi se lanzó sobre mí, a besarme, acariciarme, lamerme… ¡Se tiró sobre la pija! ¡Es un incendio esta nena! «¡Qué lindo Dani! ¿Podemos “jugar” otro poquito?» «¡Decile que sí! ¡Le debés lo último que hicimos nosotros! ¿Te acordás?» «¡Jajaja! ¡Claro! Subite a caballito, tesoro.» «¿Me la meto en la colita?» «¡Eso! ¡Y a cabalgar!» «¡Jajaja! ¡Así que estuviste jugando con abuelita!» «¡Pero esto no lo había hecho con vos! ¡El súper culito agujereado!» “Paulina no se demoró. Se puso en cuclillas sobre mi cara. Se movía en círculos, muy suavemente, para no aplastarme…, y sentir mi lengua recorriendo sus labios internos, y acariciando el clítoris. «¿A abuelita cuando se la diste por la colita?» «¡Jajaja! ¡Creo que Dani no tardó ni un día en metérmela por allí!» Pauli la tenía más clara que yo. «¿Le contaste a Ludmi que te volviste ...