1. LA PANDILLA DE VICTOR (13) El Colega del Peta nos Sorprendió


    Fecha: 23/08/2018, Categorías: Gays Autor: ZLASKO, Fuente: SexoSinTabues

    LA PANDILLA DE VICTOR (13) El Colega del Peta nos Sorprendió Antes de la violación del Chato . Cuando Luis me interrumpió, mientras estaba con el Chato, era porque el colega del Peta, había perdido el conocimiento a causa del ciego tan grande que llevaba encima, y se había caído el nota redondo en la cocina. El tío me asustó un poco, por que al principio no reaccionaba, pero pasados unos minutos volvió en sí … eso si, con el colocón todavía encima y con ganas de seguir bebiendo el mamón. Entre el Peta y yo, nos lo llevamos a una de las habitaciones, Celia tiraba delante de nosotros sin soltar la botella con una mano y el porro con la otra. La muy zorra llevaba la minifalda subida un poco por las caderas, dejando ver disimuladamente el final de la raja del culo, con la tira del tanga metido entre los cachetes, provocando a los dos coleguitas y a mi que íbamos mirándola por detrás. Durante el trayecto que hicimos de la cocina hasta la habitación, Antonio el colega del Peta, no paro de balbucear palabras que apenas se le entendía, y la mar de cariñoso con su amigo y conmigo. Nos pegaba su cara y la boca, a la nuestra cada vez que intentaba decirnos algo, que ninguno de los dos podíamos entender. Entramos en el dormitorio y tumbamos a Antonio encima de la cama. El colega estaba listo de papeles, la camisa abierta y el pecho sudando, con los labios llenos de saliva por la calentura y el pedo que llevaba encima, la cremallera abierta de haber meado y no acordarse de ...
    ... abrochársela. Se le podía ver el cipote empalmado marcado en los calzoncillos, con las gotas del liquido preseminal mexclado con las últimas gotas de orina mojando la tela, y sin parar de hablar en susurros mientras se magreaba el paquete. Celia acercó sus labios a los de Antonio y le pegó un morreo en la boca, metiendole la lengua hasta la campanilla, mientras se restregaba las tetas de silicona por el pecho del coleguita, y alargaba la mano para tocarle la polla. El clima estaba subiendo por momentos, yo estaba de espaldas al Peta pegado a su cuerpo, rozándole mi culo en el paquete, provocandole una buena erección en la polla y un calentón de cojones. El Peta ya venía con la bandera alzada, de los magreos que le había dado Celia cuando estaban en el salón, pero con la visión que teníamos delante, con su colega todo caliente y el nabo tieso, los dos apuntábamos una seria calentura y un vicio que te cagas. Yo no quería irme, sin antes poder catar la verga del coleguita, sentir su miembro viril azotándome la cara, notar su calor en mi cavidad bucal y lamersela como un poseso, hasta que el grosor del cipote me desgarrara el paladar. Llamé a Celia con un toque en la espalda y le dije en el oído, que le pusiera un pañuelo en los ojos y que se los vendara por la cuenta que nos traía. Celia:. (Susurrandole al oído) Mi amor, vamos a jugar a un juego muy vicioso, que te va a gustar muchísimo, … te daré mucho, mucho placer mi macho. Antonio:. Eso me gusta perra, … jajaja … haz conmigo lo que tu ...
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