Caliente noche de sexo entre cuñados (Parte 1)
Fecha: 27/08/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: maria jose, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es María José y soy la menor de tres hermanas, Susana es la mayor y Raquel la del medio. Crecimos juntas y dormíamos en el mismo dormitorio durante nuestra infancia y adolescencia.
En las frías noches de invierno, todas nos acostábamos en una cama grande para darnos calor mutuamente, ya de jóvenes, mis hermanas mayores me molestaban. Susana pellizcaba mis pezones diciéndome que así, se tornarían bonitos y atractivos, Raquel por su parte, me tomaba de las caderas y simulaba follarme diciendo que así haría mi marido cuando me casara. Cuando terminaban nuestros juegos, que siempre fueron muy inocentes, me dormía en medio de las dos sintiendo el calor y el perfume de sus cuerpos.
El tiempo pasó y mis hermanas mayores se casaron y se fueron a vivir a sus respectivos nuevos hogares, Susana con Roberto y Raquel con Rubén. De esta manera, la familia creció y ahora contaba con dos atractivos cuñados para mí que seguía estando soltera.
Creo que debe ser algo usual que los cuñados tengan fantasías eróticas con las hermanas menores de sus esposas pues, siempre pude ver y disfrutar de los constantes halagos que recibía por parte de Roberto y Rubén.
Durante un invierno, visité la casa de Raquel con el deseo de estar con ella algunos días, mi hermana y su marido se sintieron felices con mi visita.
Lamentablemente el dormitorio que debía ocupar era demasiado helado y las noches me torturaban con su intenso frío.
Fue una de aquellas noches en que no soportando más ...
... el frío, decido ir al dormitorio de mi hermana y su marido para encontrar la manera de pasar una noche mejor.
Entro en su dormitorio pero ellos están dormidos, resignada regreso a mi cama pero me es imposible dormir, el frío no me lo permite. Comprendo que es necesario despertar a mi hermana Raquel y decirle lo que me sucede, entro nuevamente en su dormitorio pero por vez segunda, me arrepiento de despertarla...
Sólo puedo ver que ellos duermen en una cama muy grande y hay un lugar suficiente para que yo me acueste entre los dos esposos. Lenta y silenciosamente ocupo el lugar que queda entre los dos y enseguida me abrazo al cuerpo y al calor de Raquel. Aquello me trae recuerdos de nuestra adolescencia y al amparo de su calor, siento que pronto me quedaré dormida.
Solamente deseo no molestar a Rubén que duerme plácidamente un poco más allá y que tampoco se ha enterado de mi secreta invasión. Me duermo rápidamente entre los bellos recuerdos del pasado... sin embargo, y sin saber cuánto tiempo después, despierto sintiendo la mano de mi cuñado que acaricia la parte alta de mis muslos, seguramente mientras yo dormía, había logrado levantar gran parte de mi bata de dormir.
No me muevo para simular que aún estoy dormida y me pregunto si Rubén me ha confundido con mi hermana o por el contrario, decididamente está tocando eróticamente a su cuñada. Pasan los minutos sin saber lo que ocurre realmente y ya las manos de mi cuñado juegan con mi braga intentando llegar al rincón ...