Cómo me di cuenta de que me gustan los hombres.
Fecha: 28/08/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: richy88, Fuente: SexoSinTabues
... ¡Hazte para allá, no estés chingando! – me dijo casi gritando y se volteó de lado para seguir durmiendo. Yo me quedé ahí arrodillado, asustado y sorprendido por lo que pasó, pues nunca me pasó por la cabeza que estaba haciendo algo malo, y la realidad me golpeó de repente como un balde de agua fría, “estaba tocando sus partes privadas”, pensé. Así que volví al sillón un poco perplejo, y a los minutos entró mi mamá con lo de la comida. Preparó la comida, comimos, mi tía bajó para comer con nosotros, pero Rogelio siguió dormido en el sillón. Si no fuera por sus ronquidos hubiera pensado que se estaba haciendo el dormido para evitar verme, eso es lo que yo hubiera hecho. Terminamos de comer, y nos despedimos de mi tía. Mientras regresábamos a casa, mi mamá me preguntó que si la acompañaría de nuevo mañana, “no sé” le dije rápido “no creo”, aunque ya estaba decidido a no volver tan pronto a esa casa. Tenía miedo de que Rogelio siguiera enfadado conmigo, o que le fuera a decir a alguien, así que decidí guardar la distancia por el momento. Ya en la noche, después de ducharme, al acostarme en mi cama las imágenes del día comenzaron a volver y no lograba dormirme. Luego repasé las palabras de Rogelio cuando me explicó por qué se la jalaba, mientras recordaba su expresión de concentración y su cuerpo tenso al masturbarse. De pronto sentí algo abajo, era mi pene erecto. Prendí la lámpara al lado de mi cama y levanté mi pijama para ver mi pene apuntando hacia arriba “¿quiero tener ...
... sexo?” me pregunté. Entonces me decidí a experimentar, me levanté y me quité el pijama y la ropa interior y quedé desnudo de la cintura para abajo y tomé mi pene con la mano derecha, aunque aún era delgadito y de unos 10 centímetros estando erecto. Así que comencé con mi primera masturbación. Comencé a subir y bajar, y durante varios minutos no sentí nada en particular, podía sentir mi prepucio descubriendo la cabeza de mi pene, pero de ahí en fuera, nada. Me recosté en la cama y seguí jalándomela, determinado a sentir “delicioso” como dijo mi primo. Entonces vinieron a mí las imágenes de Rogelio mientras se masturbaba, mientras estaba recostado en el sillón, cuando me acerqué a ver su hermoso cuerpo de cerca, cuando sentí su pene semi erecto en mi mano, y de repente abrí los ojos y me di cuenta de la tensión que invadía mi cuerpo. Era algo totalmente nuevo, no podría decir con seguridad que estaba sintiendo placer, pero era como si hubiera entrado en modo automático, seguía masturbándome mientras que mi corazón latía más rápido, el ritmo de mi respiración aumentaba, y sentía cómo mi abdomen, glúteos y muslos se tensaban. Entonces vino a mi mente la imagen de la mirada lujuriosa de Rogelio, y el sonido de esa sola palabra que se quedó grabada en mi mente, “delicioso”. Y sentí una sensación como si fuera a explotar, mi pene se puso excepcionalmente duro y mi espalda se arqueó un poco mientras sentía unas deliciosas contracciones en mi ano y en mis bolas. Los dedos de mis pies ...