1. Tarjetas Black 4


    Fecha: 01/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos

    ... succionaba a su marido de forma magistral. Primero le masturba, luego empleando sus labios cuidadosamente engullía cuanto podía, la sacaba de su boca y la volvía a tragar casi entera. La muy zorra miraba a Federico mostrando como se comenzaban a formar filamentos de saliva que pendían de su inflado prepucio hasta su sucia boca. Entonces él mismo se la agarró y sujetándole ligeramente la cabeza le restregó la polla por toda la cara embadurnándola de saliva. Le dio un par de suaves puyadas en su boca abierta y le volvió a dejar hacer a ella. La verdad es que Eva se esforzaba, le pajeaba con una mano mientras chupaba el resto de su rabo adelante y atrás, succionaba con fuerza el capullo, se la tragaba de nuevo casi entera, utilizaba su propia saliva para hacer cochinadas y ruidos obscenos, y de pronto la levantó para dejar así los testículos al alcance de su boca. Una auténtico putón, como todas las divorciadas jóvenes y guapas, pensó Yeimy.
    
    Habían llegado a los postres y precisamente cuando Eva parecía haberse calmado, todo se precipitó. Se ofreció a ayudar a la anfitriona y cuando se levantó la mirada furiosa de Yeimy se dirigió agudamente al tapizado rojo mate de la silla, o más bien a la mancha oscura que había en el centro del asiento.
    
    ― ¡Serás guarra! ¡Mira cómo has puesto la silla! ―gritó como loca.
    
    ― Ay, lo siento.
    
    Había sido un cúmulo de circunstancias, lo excitada que había llegado presintiendo sexo, lo cachonda que la había puesto el seductor Delegado y ...
    ... lo grande que le quedaba el maldito bikini. Y entonces escuchó a Roberto en tono de sentencia.
    
    ― Desde luego si estuviésemos en la oficina yo mismo le daría unos buenos azotes por cochina, pero ésta es tu casa Federico. Tú verás lo que haces.
    
    Todos miraron entonces a Fede, que tardo en reaccionar pero una vez se puso en pie lo hizo con determinación. Se fue hacia ella y agarrándola del antebrazo la hizo seguirle. Se volvió a sentar y ordenó ― ¡Sobre mis rodillas! ―cuando Federico tiró de ella la alta rubia casi se cae del otro lado, de modo que tuvo que apoyar las manos en el suelo y su trasero pronto recibió el primer manotazo. Aquel se lo dio sobre el bikini azul pero entonces estiro de este hacia arriba y la tela se introdujo entre las nalgas de la escarmentada como si llevase tanga. Federico acarició el culo de la rubia trazando un círculo y le asestó cuatro sonoros azotazos que hicieron encenderse el carrillo derecho de la divorciada. ― ¡ah! ¡Ush! ¡aaah! ¡Ssh! Gemió ésta totalmente complacida con el castigo. Después Federico introdujo unos instantes su dedo medio en el empapado y caliente coño al tiempo que agarraba del cuello a la rubia, y al sacárselo le atizo un último azotazo. Se puso en pie para sacarse la verga delante de ella. No tuvo que obligar, ni tampoco que ordenar. La delgada amiga de su esposa llevaba horas con ganas, y se la agarró y chupo con tanta fuerza como alivio.
    
    Volviendo en sí, Yeimy vio que su amiga masturbaba a su esposo a toda velocidad, ...
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