1. El inquilino...


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Gays Masturbación Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    (Gracias Testa...)1970EL INQUILINO…Vivía toda la familia (dos hermanos, una hermana, sus padres y él) en un viejo caserón que se decía en tiempos fue un palacete. El caserón, a la sazón, necesitaba de un sinfín de apaños que nadie acometía, como el resto de las casas de ese barrio popular en el que vivía el vivaracho Toño.A sus catorce años sólo pensaba en jugar al fútbol y en cascársela un día sí y otro también. Su madre le había pillado una vez en acto tan lascivo y le dio una bofetada. Luego le hizo prometer que no lo haría más y que se confesaría esa misma tarde.Dijo a todo que sí y se marchó a la parroquia a confesarse.Mientras esperaba a que monsén Camilo le diese luz verde para el confesionario, se entretuvo viendo un enorme cuadro barroco donde unos forzudos con taparrabos crucificaban bocabajo a un anciano de barba cana pero de cuerpo también bastante macizo y de desnudez tan sólo cubierta por un accidental trapo que salía de no se sabe dónde. Cuando pensaba en ese cuadro, a Toño se le ponía tiesa.Monsén Camilo le llamó al fin.-¿Qué has hecho esta vez, Toño?-Jugar.-¿Jugar con qué?-Pues con un juguete.-Toño, dime la verdad, que tu madre luego me lo cuenta.- Hago cosas con mi cosa.-Pues no lo hagas más o te quedarás tísico y tonto.-Me da mucho gusto.-Es pecado, Toño. Irás al infierno.Toño se sobrecogió.-¿Qué hay en el infierno, monsén?-Gente mala.-¿Cómo de mala?-¿Has visto el cuadro con esos hombres que están haciéndole daño al santo?-Sí.-Pues así son los que hay en el ...
    ... infierno. De modo que si no quieres pasarte la eternidad con hombres como esos, no te vuelvas a tocar. Y ahora me rezas siete padres nuestros, siete avemarías y una salve.Toño salió de la iglesia con una inquietud: resulta que si se mataba a pajas, acabaría rodeado para toda la eternidad de hombres como los del cuadro. La idea le asustaba y le excitaba a un tiempo.Esa misma noche soñó que esos hombres del cuadro le cogían en la oscura escalera del caserón donde vivía su familia y se lo llevaban a un lugar apartado donde lo desnudaban y le obligaban a tocarles sus grandes vergas. Eran feos y fuertes, se burlaban de todos los santos y blasfemaban sin parar. Toño se despertó asustado y con la polla tan dura que hasta le dolía.Para colmo de males, en el colegio, en clase de religión, les hablaron de un personaje: Santo Dominguito de Val, el monaguillo que entregó su vida antes de permitir que los paganos mancillasen las formas sagradas que transportaba de una iglesia a otra. Al tierno monaguillo lo agarraron, lo vejaron y acabaron crucificándolo. No estaba muy claro quiénes habían sido los autores de tan salvajes acontecimientos, pero Toño les otorgó de inmediato un rostro y un cuerpo: se trataba de los mismos malvados del cuadro de la iglesia que, sin la menor duda, los tenían los paganos para que diesen cumplida cuenta de todo cristiano chulito que se les cruzase en su camino.Se preguntó Toño si todavía existirían por el mundo malvados de esos y que si él se metía a monaguillo ...
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