1. Una nueva vida con mis hijas


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Fantasyworld, Fuente: CuentoRelatos

    ... - le digo sorprendido.
    
    Salimos y empezamos a bajar el tramo de escaleras.
    
    - No sé si sabes que yo soy viudo y viven conmigo mi hija con su marido y su tres hijos, dos chicas y un chico - me dice sin dejar de sonreír.
    
    - Si, lo sabía - le digo.
    
    Asiente y no dice nada más. Llegamos y abre la puerta.
    
    - Por favor, si te sientes incomodo a partir de ahora, dímelo, ¿de acuerdo? - me dice antes de entrar.
    
    - ¡Vaaale...! - respondo confuso.
    
    - Ya estoy de vuelta zorras - grita al cerrar la puerta.
    
    Me guiña un ojo y entramos en el salón.
    
    En un sofá de dos plazas enfrente nuestro, estaban dos chicas completamente desnudas recostadas una al lado de la otra, abiertas de piernas al máximo. Tenían dos enormes consoladores dentro de sus coños, los cuales subían y bajaban a dos manos mientras me miraban fijamente muy serias. Los coños eran enormes y con cada golpe al introducir los consoladores, salpicaban una fina lluvia de jugos alrededor.
    
    - Verás Joe. El asunto es este. Te puedo ofrecer un harem de putas al lado de tu casa. Te las puedes follar cuando quieras. El caso es saber, si lo que me has dicho antes es cierto o no. Y si lo es, quiero que me dispenses el mismo trato con tus hijas. ¡Solo verlas hace que mi vieja polla vuelva a los 20 años! - me dice del tirón.
    
    Ahora si que me quede alelado. Robert frunce el entrecejo al ver que no digo nada. Al fin reacciono.
    
    - A ver Robert. Esto es alucinante, pero tengo que ponerte un pero. Verás. Yo en el sexo soy ...
    ... muy dominante y mi polla es tan enorme que no entra en casi ningún coño. Perdona mi franqueza - le digo mirando a las dos preciosas chicas follándose los coños.
    
    La decir esto las dos chicas gimen al unísono. Robert sonríe.
    
    - Que curioso. Es exactamente lo que me pasa a mí. ¿Qué te parece si haces la prueba y luego decides? - me dice acercándose a las chicas.
    
    De un tirón saca uno de los consoladores y lo acerca a la cara de la otra hermana. Ella al verlo abre la boca y saca la lengua. El anciano lo hunde con decisión. La chica se lo traga entero. Las comisuras de los labios estiradas al máximo ante el grosor del aparato. Lo deja allí y de golpe mete toda la mano y parte del antebrazo en el desocupado coño de la otra hermana. Dos sonoros gemidos de placer femeninos acompañaron la bestial maniobra.
    
    - Quizás me equivoque, pero creo que podrán acomodar tu polla - me dice sonriendo, mientras remueve el antebrazo dentro del dilatadísimo coño.
    
    Sonrío a Robert y me acerco.
    
    - ¿Quizás...? Voy a probar - pienso mientras me inclino hacia la chica que tenía el consolador en la boca.
    
    La agarro por el pelo y tiro violentamente poniéndola de pie. Un gemidito emitido a través del enorme consolador que le llena la boca me dice que todo va bien. Miro a Robert y veo como me mira interesado, pero en absoluto preocupado por lo que acabo de hacer.
    
    La chica a mi lado es tan alta como yo. Rubia de larga cabellera y cuerpo atlético. Nalgas muy respingonas, pero con poca cadera. ...
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