1. Cup Suction Dildo


    Fecha: 03/09/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues

    ... fría cerámica. Quedé extasiada con mi nuevo juguete y me masturbaba a diario en la ducha, también en mi cama fijándolo en un plato como base que me llevaba desde la cocina, sentándome sobre mi adorado pene de silicona, el que siempre entibiaba entre mis senos o entrepierna para que estuviera a buena temperatura antes de introducírmelo. Además de las dos formas que mencioné de utilizarlo, lo que fue dentro de las dos primeras semanas desde su adquisición, se me ocurrió adherirlo a un espejo de pared de mi habitación y bajar este al piso apoyándolo en la esquina de uno de mis muebles, de manera que estando arrodillada en el piso y pasando mis pantorrillas por los costados del espejo, quedaba en una posición muy cómoda simulando un doggy-style (haciéndolo a lo perrito). Me fascinó este nuevo estilo de usar mi juguete favorito y más que una variante a lo de fijarlo en un plato sobre mi cama, remplazó a esa forma de masturbación dentro de mi habitación, pues lo de la ducha era todas las mañanas de lunes a domingo. Eran los dos lugares privados dentro de la casa en donde lo podía hacer tranquila, pese a que de lunes a viernes estaba sola por las tardes desde que llegaba de la secundaria hasta que volvían mis padres de sus trabajos, pero la sensación de privacidad me relajaba y podía concentrarme más en disfrutar de aquello. Ponerme en cuatro y mirar para atrás viendo casi directamente como entraba mi preciado pene de silicona en mí, me excitaba de sobremanera y era como mejor ...
    ... llegaba a mis orgasmos. Siendo una joven de 16 y yendo en una escuela mixta, no me costaría nada conseguir un novio y disfrutar de un pene de verdad, pero mi temor al embarazo o a alguna infección me hacía desconfiar de los condones (preservativos) y de mi misma si sería capaz de protegerme al "momento de", ya que me consideraba muy fogosa e incapaz de detenerme si de sexo se tratase. Trauma o acepción que me quedó desde los 12 años cuando mamá me sorprendió masturbándome y yo no se si de ansiosa o por los nervios, no me pude detener hasta que ella llegó a mi lado y me dio una bofetada. Pero la cuarta ocasión en que lo hacía en cuatro patas, una tarde que estaba sola en casa, me emocioné tanto que no me di cuenta cuanto me cargaba en mi consolador hasta que se rompió el espejo y casi me corto con los vidrios que saltaron para todos lados. , me faltaba tan poco para el orgasmo que sin pensarlo salí de mi cuarto a buscar donde fijar mi adorado pene para seguir haciéndolo al doggy-style y poder acabar, clavando mi vista después de dar un par de giros en una de las gruesas patas de la mesa del comedor principal, la que por su fina terminación de barniz serviría para fijar mi preciado aparato. Sin dudarlo ensalivé su ventosa con mi lengua y lo adherí ahí, bajándome en el acto al piso y haciéndolo entrar en mí luego aprovechando que aún estaba tibio. , noté una considerable mayor comodidad al pasar rectas hacia atrás mis pantorrillas por los costados de la pata de aquella mesa, no tenía ...
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