1. Y yo tampoco


    Fecha: 05/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: carloso, Fuente: CuentoRelatos

    Una señora fue a misa esta mañana de domingo. Como cada domingo durante el Credo ella conecta con la culpa. ..."Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa...". Al salir de misa, sin saberlo buscaba culpables. Y los encontraba. Si ella lo era también lo eran los demás. Con cada persona con la que hablaba le hacía sentir culpable de algo: de no servir para esto o para aquello, de haceer nada por los demás... Y esta persona acuciada por la culpa escupía información que no diría de otro modo. Al final el que dijo lo que no diría normalmente, a no ser que fuera torturado por la culpa, mintió. No se puede sino mentir cuando se habla desde la culpa. Luego se sintió culpable. Aunque ya no hablemos de luego, sino de antes. Antes ... antes... Digamos que esta es una forma antigua de proceder.
    
    Hoy una señora hablaba por teléfono con la culpa. Difícil tarea. En realidad se sentía culpable, pero quería liberarse de la culpa. Y hablaba con alguien por teléfono. Igual que la señora que salía de misa después de rezar o escuchar el Credo y hacer suya la culpa. Porque al final uno es lo que escucha, lo que lee. Y si lee o escucha algo cada cierto tiempo puede crearle obsesión. Y la obsesión culpa, falta de creatividad, etcétera. Nos han dicho que la culpa redime, cura. Y en realidad lo que hace la culpa es dañar. Porque el que siente culpa busca culpables. Es imposible sentirse culpable sin buscar culpables. Y el procedimiento es que si ella se ha convencido de que es culpable también ...
    ... puede convencer a otros. Ahí está el daño. Con culpa no se va a ningún sitio. Así que pongamos la culpa como algo que es de nadie. Obligatoriamente. Y de que el que la siente es porque no se perdona, no se acepta, no se conoce a sí mismo, no se ama. Y sólo el que ama puede amar. Sólo el que se acepta puede aceptar, sólo el que se conoce puede conocer, aprender y crecer.
    
    Pues bien la señora que hablaba por teléfono hablaba con la culpa porque cayó en su trampa. Lo que ven quienes pasan cerca de ella es que les está echando la culpa. No los conoce. Pero la culpa si tiene identidad. Y ella quiere liberarse de la culpa a toda costa, lógicamente. Sin embargo, echándosela a otros es una forma de no liberarse de ella. La única manera es perdonarse, amarse, comprenderse. Si echa la culpa a otros, aunque sea bajo el disimulo de que no los conoce de nada, esta confirmando que no se ama. Y que es culpable. Que no se perdona. Y que es culpable. La señora no quiere ver que en este caso lo único que todo el mundo conoce es la culpa. Y que da igual cómo te llames, la edad, el aspecto o a qué te dediques. Como si quieres emplear tu vida en rascarte la barriga. Todo esto no importa. Estamos en la culpa. Todo es útil sin culpa. Sin culpa todo tiene sentido. Cualquier cosa. Pero sin culpa. Sin embargo, con la culpa vale nada de lo que hagas. Aunque digas que haces mucho o que lo haces todo. Al final, la culpa es el fuego del que no te has podido librar jamás y todo lo que has hecho un día se ...
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