Honguitos mágicos con Orgasmos ilimitados.
Fecha: 11/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: VALE, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... precia lindo y mi marido acepto feliz, compre unas zapatillas altas que hacían un juego perfecto con el vestido, mi marido también se atavió con un traje formal de lino, muy vaporoso para la costa.
El sábado por la mañana llegamos a “la casa de la playa”
Hacia un día nublado y la humedad te consumía la garganta, pero necesitábamos suéter, ese contraste raro de viento y lluvia con calor y vapor, es muy común en mi pueblo. genera neblina y misterio.
Encontramos la casa en perfecto orden, mi hijo fue el ultimo que vino aquí y dejo todo muy limpio y ordenado, me puse un tanto melancólica por la ausencia de mi hijito o por la ausencia de mis padres o amigos etc. Antes de deprimirme o ponerme bajona, decidí hacer café, puse a hervir agua y saqué de la alacena un café soluble y una lata que (según yo) tenia leche en polvo.
Preparé 2 tazas, le di una a mi marido y una para mi, subí a ponerme mi traje de baño y juan se puso un short y camiseta, queríamos caminar por la playa y juntar conchas de mar, yo traía conmigo un suéter muy amplio es especial para playa, es tejido con estambre y se puede confundir con capa, es ideal para estos días de viento, dimos un breve paseo, pero volvimos pronto porque el aguacero arreciaba y las olas estaban muy agitadas, preferimos atajarnos en una banca acolchonada que esta en el porche de la casa, desde ahí se aprecia precioso el horizonte y puedes tostar malvaviscos en el asador; nos sentamos ahí, John estaba dándome un masaje de pies, ...
... yo estaba viendo mi celular, ambos estábamos en silencio, solo éramos un matrimonio aburrido pasando el rato en la playa.
John estaba dándome un masaje de pies cuando poco a poco comenzó a acariciarme mas piel, mas arriba, mas tobillos, mas pantorrilla, después se levanto y fue a la casa a buscar algo, volvió con un aceite relajante para masaje, yo gustosa acepte la cordialidad, estábamos en esas caricias cuando John topa sus dedos con la parte inferior de mi bikini, voltea a verme a los ojos y dice con voz de orden, “quítatelo para untarte bien aceite”, yo obedecí, la sensación de sus manos y el aceite me relajaron mucho, me sentí cómoda y me deje llevar, John frotaba brevemente mi vagina, eran roces intermitentes, el acariciaba mis piernas y parte de mis nalgas, no se porque pero yo sentía con mucho mas fuerza o intención sus dedos, eran las mismas manos y dedos que me han acariciado por mas de 25 años, pero esa mañana algo distinto se sentía; abrí mi suéter con la intención de que John me masajeara los senos, pero el tomo la botella de aceite y me la puso en la palma de mi mano, dijo: “ponte mucho aceite en las tetas”; en mi casa jamás se dice la palabra tetas, jamas se tienen tocamientos en ningún lugar de la casa que no sea la alcoba y siempre tiene que ser de noche y en absoluto silencio, ese pequeño detalle de decir tetas en esa mañana me dio una señal de libertad que no había experimentado nunca.
John subió de tono las caricias y sus dedos comenzaron a invadir ...