Aura, la de los diez. - Relatos Eróticos

Aura, la de los diez.

... íbamos del brazo caminando despacio, decidí abrazarla por la cintura, para entonces ya no me importaba si notaba o no mi erección, ella también me abrazo por la cintura, empecé a bajarle la mano a su trasero pero me la detuvo y me dijo “no comas ansias”, ya para llegar vi que la amiga y otra mujer pasaban a dos niñas a la otra cabaña, eran las hijas de Aura, me temblaron las rodillas, me jalo hacia lo obscurito y me pasó los brazos por el cuello y me beso, le baje las manos a las nalgas y las apreté, deliciosa sensación, además de repegar a su vientre mi ya húmeda erección, a tal grado que lo noto y me dijo, espérame, se bajo un poco el resorte de la falda, que para que no la mojara porque luego costaba trabajo quitar la mancha, de repente se escuchó un silbidito, caminamos a la entrada de la cabaña que tenía la puerta abierta mientras la amiga se metía a la otra, entramos y la cabrona se reía de mi porque decía que el corazón se me iba a salir, cerramos la puerta y sin decir agua va, se hincó y me bajo el pantalón corto y me dio unas cuantas mamadas, se levanto y me dijo quítate la ropa, mientras ella hacía lo propio, quede impactado sus pechos parecían mas grandes de lo que había percibido, nos recostamos juntos y empezamos a acariciarnos y entre beso y beso, me conto que era de Zapopan en Guadalajara Jal., que era enfermera y que había cantidad de médicos y residentes que se la querían coger pero que el ganón solo había sido un médico mas bien bobo y sin mayor chiste ...

... que a veces la llevaba en su coche porque pasaba cerca de su casa y que gracias a que su ex esposo le decía que si se la andaba cogiendo termino por tomarle la palabra y se lo cogió, que si otros médicos se hubieran enterado de eso no darían crédito.Ella siguió platicando porque yo empecé a pasarle las manos por todos lados, así como a besuquearle los pechos y piernas, me quede impactado con su pubis, apenas si tenía una pelusa por vello, ¡era lampiña natural!, le dije “oye ¿cuántos vellos tienes, diez?, se rio y dijo “creo que si porque ya me han dicho cosas así”, actualmente estaría a la moda sin esfuerzo, le pregunte al respecto y me dijo que era lampiña de familia, que por ociosa una vez se afeito el poquísimo vello de las piernas y nunca mas tuvo necesidad de hacerlo, toda su piel era muy suave, de las mas suaves que he tocado, sin embargo, también me dijo que tenía sus desventajas porque ya varias veces se había escaldado cogiendo, nunca me he topado con otro pubis igual, abrí con cuidado los labios de su vagina y me maraville, su clítoris era pequeño pero al tocarlo suavemente le provoco un leve gemido y movió las piernas.Continúe regodeándome con su bronceada anatomía y poco a poco empezaba a dejar de hablar y la respiración se le empezó a acelerar poco a poco, yo me abrazaba de una sus piernas como si estuviera colgando de ella, las acariciaba con ambas manos y las apretaba, así mismo, les pasaba mis mejillas y labios, repetía lo mismo con la otra pierna y continué ...