Tenía todo. Ahora más - Relatos Eróticos

Tenía todo. Ahora más

Me case antes de los 20 con el amor de mi vida. Felices tuvimos dos hijos, un varón y una nena. Más felices dejamos de alquilar y compramos un linda casa con parque y pileta en las afueras de la ciudad, pero de rápido acceso por autopista.
Los dos crecimos a la par en cada trabajo y ganamos muy bien. Viajamos con y sin los chicos. ¿Que más?
Pero, una descubre que siempre puede haber más y al final quiere. Está es mi historia.
Mi suegro, al igual que casi todos los familiares, siempre muy atentos y cercanos, se destacaba por su trato. Amable, cariñoso, siempre dispuesto.
Hombre alto, cincuentón con algunas canas, bien prolijo siempre, educado y muy cuidado, me hacía sentir especial.
Cada vez que le decía que era como un padre, el me corregía diciendo un suegro 
Un día que le pregunté porque aclaraba, me dijo que el no cometería incesto jamás.
Entendí clarito, por su pícara sonrisa y si bien no se había lanzado nunca quedó claro que me tenía ganas.
Me picó la curiosidad y le empecé a dar más cabida pero alerta.
El me halagaba, decía que si hijo era un privilegiado, y que si bien no se quejaba de su mujer había visto que otras eran mejores
Fue subiendo la confianza pero en otra forma, y ya me saludaba con un beso buscando mis labios y abrazos que rozaban el culo. Alguna vez me hizo sentir que su pija estaba dura, al tiempo que comentaba por lo bajo que estaba para comerme.
Me iba calentando cada vez más y me fui soltando. Le apoyaba fuerte las tetas o lo acariciaba ...

... cuando nos saludábamos. Hasta que pasó
Me encontró caliente o me calentó, ambas juntas también, y cuando me empezó a tocar le dije al oído que me gustaba
Al otro día me invitó a un café y fui de puta, decidida
Fuimos a un hotel y nos matamos por tres horas. Me chupó, lo chupé, cojimos en todas las poses, me cojió el culo y me dió a tragar leche que lo hice con ganas.
Más encantada que antes, conociendo ahora su pija rendidora, se convirtió en mi amante.
Una tarde saliendo del hotel y después de haber cojido cómo animales, volvía a casa en su auto cuando me dice
- Debi, que pensas de estar con dos hombres? Creo que podés y que te gustaría
- No. Fue mi primera reacción.
Pero su insistencia y comentarios pese a tener las piernas temblando todavía, me hicieron pensar y se lo dije
- Bueno, lo voy a pensar.
Pasaron unos días y me invitó de nuevo, avisando que iríamos a casa de un amigo suyo.
Estuve nerviosa varios días ya que no logré que me diga más, hasta que fuimos.
Entramos y no había nadie. Me llevó a la pieza y en unas chupadas de concha y culo a la vez me había entregado sin pensar en nada. Me ponía en llamas con su lengua
Me cojió de perrito por el culo, mientras me decía que lo hacía para.dejarme abierta para su amigo. Eso me hizo acabar dos veces a los gritos
Cuando se acostó a mi lado, boca arriba, me pidió que lo monte. Se había puesto una almohada debajo de sus nalgas y me hizo poner casi arrodillada al esartarme en su verga. Cuando la tuve adentro, y me ...