1. Un camino incierto


    Fecha: 19/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Ícaro_libre, Fuente: CuentoRelatos

    Caminé mucho esa noche. Una tristeza profunda y fría recorría mi pecho, dolido por los desencantos de la vida. Caminar, sin saber a dónde ni para qué. Caminar solo por caminar, queriendo encontrar acaso, un pasaje a otro mundo u otra vida que me sacara de esta pena interminable.
    
    Así llegué a ese bar. Un lugar muy bien cuidado, una barra en la entrada, algunas mesas a media luz más adentro, al fondo un restaurante y en el segundo piso, una zona de baile. Me acerqué a la barra y como un autómata, pedí un ron, que en poco rato fueron tres.
    
    Quizás, de no haber bebido, esta historia no hubiera ocurrido. Quizás. O si no hubiese caminado esa noche, o si no hubiese tomado ese camino. Da igual, finalmente llegué ahí, a la deriva, sin un destino claro y sin importarme mucho el día de mañana.
    
    En un momento, se acercó un tipo más joven que yo. Rondaba los 30 años y yo no disimulaba mis 40.
    
    - Hola, soy Daniel. ¿Aburrido?
    
    - Algo. -Dije sin ánimo. La verdad, no tenía ganas de compañía esa noche y menos masculina, de modo que fui todo lo hostil posible, sin ser mal educado.
    
    - ¿Conversamos un trago?, me parece que te hace falta.
    
    Tanta gentileza me incomodaba, casi sentí temor. Iba a rechazarlo en forma más enérgica, cuando dijo unas palabras que, en ese momento, me hicieron especial sentido.
    
    - Conversar no cambia nada, pero ayuda.
    
    No pensaba contarle mis preocupaciones, ni le diría mis problemas. No lo hice. Decidí mantenerme a la defensiva. Y accedí finalmente a ...
    ... conversar.
    
    Apunté con la mirada a una mesa y nos sentamos a su alrededor. Puse la mayor distancia posible entre nosotros y tomé una postura de macho imposible. Corbata suelta, una pierna sobre la otra, mirada firme, con vaso en una mano y un cigarro en la otra.
    
    - ¿Tu nombre?
    
    - Jorge -mentí.
    
    La conversación transitó por lugares comunes e intrascendentes. Aunque sí logró que me relajara y al menos sentir que no corría peligro.
    
    En medio de ese diálogo, mi mente seguía pegada a mi conflicto interior. Un matrimonio fracasado, una segunda relación dolorosamente abortada por la muerte de mi pareja, hijas que no tenían interés en hablarme. Soledad y derrota, según yo, injustas, ocupaban todo mi espacio interior. Una sensación de que las mujeres de mi vida, habíanse coludido para herirme, o dejarme, me tenía al borde de la cornisa.
    
    -¿Por qué no vamos a otra parte?
    
    Me preguntó Daniel, con una mirada de misterio.
    
    -¿Cómo? No entiendo...
    
    - Vamos donde estemos más tranquilos. -Me dijo.
    
    Esta vez su mirada era sensual, sin ser indecorosa, y me quedó claro lo que él quería.
    
    - Creo que te confundes. Lo siento, ya debo irme.
    
    - Es tarde Jorge. ¿Seguirás caminando? No sé lo que te pasa, pero creo que deberías desconectarte un rato del mundo. Solo un rato, y podrás volver a vivir con más energía. Necesitas olvidar...
    
    - ¡Ya para! - lo interrumpí. Dejé dinero sobre la mesa y me puse de pie. Me alejé, en todo caso, pensando que en el fondo Daniel podía tener algo ...
«1234»