LA AMIGA DE CLARISA - Relatos Eróticos

LA AMIGA DE CLARISA

LA AMIGA DE CLARISA
Si seguiste esta saga, sabrás que nada es casual… ¡TODO ES CAUSAL! Luego del fallecimiento de mi esposa estuve cuatro años absolutamente célibe, si exceptuamos mi relación, absolutamente generada por ella, con Leonor, la señora que trabajaba en casa, que dedicó toda su alma y su cuerpo -110-80-120 – a morigerar mi dolor. Con sus piernas abiertas y sus brazos cerrados, hizo durante toda esa época de dolor, lo posible para que yo pueda seguir adelante. Ya conté en su momento como se generó nuestra relación, y como gracias a su comprensión, pude favorecer en su hijita, por entonces de 16 años. Con la anuencia y estímulo de la mamá, liberé a Sandra de adelante y atrás para que disfrute de lo mejor de la vida. Y allí mismo la nena supo lo que era un hermoso trío, pero como Leo no quería correr riesgos, ni tener competencia, me pidió si se la podía presentar a mis hijos. Eso es lo que ella mismo hizo con la alegría de Sandra, y mis hijos tuvieron durante buen tiempo el placer de hacer feliz a la nena. Fue cuando decidí mudarme para no interferir. Ni tener ganas, cuando veía a mis hijos como le “daban” a la nena.
Cuando me mudé, durante casi cuatro años ignoré totalmente la existencia del “kiosco”, pues cuando salía con el auto desde el estacionamiento del edificio, siempre giraba hacia la izquierda, por la sencilla razón, que hacia allí era la mano de circulación de la calle, por lo que ignoraba que había en la cuadra hacia la derecha, ni en la calle que ...

... cruzaba la mía, hasta el día que, por apurado, me había olvidado de comprar cigarrillos cerca de la obra del momento, como sucedía diariamente. Ese olvido fue la causal de que preguntara en la verdulería vecina, dónde había un kiosco para comprar cigarrillos, y me indicaron llegar a la esquina y girar a la derecha. Unos 70 metros más allá hay un kiosco, que es en realidad la ventana de la  sala de una vieja vivienda con frente a la vereda. Efectivamente, allí estaba y fue cuando vi por primera vez la increíble belleza de Laura. Eso fue seis años después de mi viudez. Su mejor sonrisa, su increíble amabilidad y seducción, probablemente, así pensé yo, por ser nuevo cliente. Eso ya lo sabés. Nunca más compré cigarrillos en otro lado que no fuera en ese kiosco. Y luego de Laura…, conocí a su socia, Clara, la voluptuosidad hecha mujer. Todo lo demás lo sabés. Ninguna casualidad.
No sé por qué me puse a pensar en todo esto. Tal vez porque Clara me dijo que me amaba, o porque yo necesitaba alguna excusa. No sé. Pero tenía que ponerme a trabajar, pues estaban por hormigonar la primera losa de una nueva obra y yo no tenía ni la cuarta parte de la obra calculada. No quiero empezar nada si no tengo todo calculado, tal como hago siempre. En eso estaba, en la habitación que había convertido en estudio-taller. Ya sabés que el dpto tiene 3 dormitorios, además de la sala, cocina, baño y lavadero. Ese fue la causal, que me llevó a invitar a Clara y sus hijas, que vinieran a vivir conmigo mientras ...