El collar de mi esposa I - Relatos Eróticos

El collar de mi esposa I

... estaba muy bonito, nada más-  y le dije, -ya vez para todo mundo es un accesorio nada más un detalle, solo tu y yo sabemos lo que realmente representa-. Entonces se alboroto un poco y trato de hablar y armar al discurso para que al final solo dijera claramente, -ya  amor por fas, mira ya lo usé toda la noche, ya me vio mi papá ya salí a la calle y al trabajo con el y además mira- dijo mientras tomaba mi mano y la metí debajo de su blusón para hacerme sentir que se había rasurado perfectamente su pelvis, cosa que yo le había robado ya hace bastantes veces. Fue delicioso sentir su vientre suave y tersa otra vez, de inmediato me exite, pero trate de disimularlo y dije, - a mira que bueno ya empesaste a complacerme, que bueno. Está bien para empezar, pero no te voy a quitar el collar, asi que acostumbrate,  -pero pero, pero me rasure para ti  y y ya me voy a portar mejor,  osea pero quitamelo va-  respondí en voz baja pero firme.  -No, podrías ponerte de a perrita y dejar que te use a mi placer y aún así no te quitaría, no voy a cambiar un rato de placer por un cambio drástico en nuestras vidas y es un cambio que te anuncie incluso antes de casarnos, lo que si quiero  pero ya es que dejes de postergar tus pendientes de tu trabajo, que sigas una lista de todos ellos y que los resuelvas consentrada, enfocada uno a la vez. Y no creas que te ordeno esto por ti, de echo es para mí, para que estés mejor s la hora de complacerme- se quedó helada con los puños cerrados sobre la mesa, ...

... con ganas de decir mil cosas, pero no pudo decir nada. Le levanté fuerte de la mesa dejando media comida y camine sin decir nada más a mi cama. 
Tardó más de rato na hora en subir, pude escuchar claramente como lloraba y cuando subió se acercó despacito a mi y se metió a las cobijas, se me pego y me abrazo, con voz tierna y ligera me dijo, -amorcito ya ni terminaste de cenar- me voltie y le dije   - ya no tengo ambre, mañana me paro temprano y desayuno antes de irme- rápidamente y sin titubeos metí mi mano debajo de su blusón tocando su muslo y colocando mi mano entre sus piernas, siempre me había gustado hacer esto pero ella muy ocupas veces me dejaba tocarla si es que fuera preludio al sexo, pero q mi me gustaba tocarla solo por sentirls mía, por qué era mi esposa mi propiedad mi mujer, lo que pasó a continuación no solo fue que fuera total mente permisiva si no que ademas se colocó voca arriba y separó sus piernas para que yo tuviera acceso libre a su sexo, empeze a tocarle abrí sus labios e incluso sin penetrarla deje mi dedo medio en la entrada de su pequeña y hermosa vagina, me sorprendió lo mojada que estaba, y dije. -bieno ya duermete- ella contesto con un sonido gutural -umhum- estuve con mi mano metida entre sus piernas hasta que por fin me canse y me voltie, aún así cuando se em antojaba me volteaba sobre ella y volvia a meter mi mano entre sus piernas, sobre sus nalgas en tomando sus tetas. Lo inaudito de esto es que a pesar de que yo sentís que estubiera muy ...