Mi primo me hace su mujer III - Relatos Eróticos

Mi primo me hace su mujer III

Luego de acordar con mi primo la realización de fiestas de leche (es decir, que trajera a varios de sus amigos de la prepa para que me cogieran) recuerdo que la única condición que puso era que sus amigos me cogieran usando condón, yo no tuve problemas en aceptarlo, siempre y cuando él me dejara tomarme la leche de sus amigos mediante el sexo oral, a lo cual José Luis (que así se llama mi primo) aceptó. 

Sin embargo y como el mi primo y su amigo Raúl (relato anterior) no había usado condón, la verdad que no sabía cómo ponerlo en una verga. Así que recurrí a mi prima (sí, la hermana de Jose Luis) que como es enfermera sabía me podría ayudar. Lupita (así se llama mi prima) se sorprendió de que acudiera a ella para algo así, pero como nos queremos mucho desde niños accedió a enseñarme. Sacó de un cajón un paquete de condones y otro cajón saco un dildo ENORME (presumo sin asumir que era para consolarse) Dándose cuenta de mi cara de sorpresa por el dildo, se excusó diciendo que era sólo para mostrarle a las mujeres del hospital que acuden a consulta cómo colocar un condón. Yo hice como que le creí y ella de manera experta me enseñó ponerlo en el dildo sin antes recordarme "el pene debe estar en plena erección para poner el condón, de otra forma no funciona". ¡Por eso no te preocupes prima! le respondí con una sonrisa. Antes de irme Lupita sacó del mismo cajón una bolsa de condones y me dijo "toma, hay suficientes para que no tengas que comprar por un buen rato a nosotros nos ...

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... los regalan en el hospital".

A la semana me avisó que llegaría a casa con cuatro de sus mejores amigos de la prepa y a quienes les había hablado de mi. Para la ocasión José Luis me compró un vestido corto negro, un pantyligero color blanco, unos zapatos negros de tacón. Yo me arreglé lo mejor posible y cuando llegó con sus amigos, a todos los recibí dándoles un beso en los labios.

Luego de las presentaciones y al ver que estaban todos ellos nerviosos (dos de ellos tenían 20 años como yo y los otros dos 19 como mi primo) decidí poner en la videocassetera (estoy hablado de que esto pasó en 1990) una pelí porno. Poco a poco los chicos comenzaron a relajarse al ver las escenas cachondas del video. Al ver cómo se les abultaban sus penes dentro de sus pantalones, yo me acerqué a ellos y sin que dejaran de ver el video, comenzé a desabrocharles el pantalón hasta que a los cuatro los dejé con sus penes de fuera. ¡Dios, que hermoso espectáculo era eso! Cuatro vergas jóvenes y erectas frente a mi cara. Tomé un cojín y me hinqué delante de ellos que estaban sentados en el sofa de la sala de estar. Uno a uno comencé a mamarles el pene por turnos. Procuraba dedicarles la misma cantidad de tiempo. El pene más rico era el de un chico llamado Ramón, lo tenía cabezón, largo y unos testículos muy grandes. Carlos, el otro amigo de mi primo tenía un pene promedio, tal vez unos 13 centímetros pero con muchas venas alrededor del tronco. Roberto también debía de tener un pene de 13 ...