Roco - Relatos Eróticos

Roco

Lo venía pensando hace un tiempo. Leí lo que pude encontrar, me preparé tomando unos antibióticos por las dudas, con una zanahoria practiqué la dilatación en el ancho y la profundidad. Con unos guantes de cuero y unas bandas elásticas preparé una funda para sus cuatro patas y lo tuve un par veces días previos con un bozal
Tengo 19 años y quería un amante que no me comprometa, tengo un cachorro de un año de labrador pelo corto negro, que entró en celo. Ahí nació la idea
Ese día temprano preparé una bañadera plástica con agua jabonosa y lo bañé con cuidado, secando despacio. Me dedique en especial a manosear su pija para calcular que tenía.
Su verga salía toda afuera y se le ponía muy roja. Se le pone muy mojada y dura, suelta chorritos calientes y aparece la famosa bola.
La pija parada es bastante larga y gruesa, pero la punta es como una lanza.
Después de comer, esperé un par de horas y me decidí
Me desnudé y me unté la conchita bien depilada, con un jugo de carne.
Me recosté el sillón boca arriba con las piernas colgando. Lo llamé y le puse el bozal y los guantes.
Lo empecé a acariciar en su ingle y se le paró casi al momento.
Le ofrecí la concha bien abierta y empezó a lamer. Me tuvo lista en minutos con una lamida de concha que jamás imaginé.
Acabé dos veces y quedé abierta y bien húmeda para que lubrique.
Me puse en cuatro patas y lo llame para que se suba y me monte
Dio varias vueltas, parecía no ...

... querer hasta que se subió y me montó
Intento un par de veces y sin lograr nada, se bajó
Lo volví a intentar y la segunda vez ya se subió con la pija afuera y dura.
Me dió dos puntazos en las nalgas, pero el tercer envión la metió más de la mitad adentro, hacienda que suelte un grito
¡Que pedazo de pija! Por favor.
Me abrió con su punta y me dilató con el grosor
Se acomodó y me la terminó de ensartar hasta la bola que presionaba en la puerta
Me sacudió muy fuerte y muy profundo soltando chorros de leche caliente, que me calentaron y me sacaron otro orgasmo.
Ahí aprovecho los jugos y en un último empujón me la mandó adentro a su bola.
Me sentí como si fuera un parto al revés. Me desgarró la concha pero al dolor punzante le siguió el goce increíble de su pija latiendo adentro mientras soltaba tanta leche que me desbordaba la concha cayendo aún tibia por los muslos.
No podía parar de acabar. Aullaba de placer y me sentía prendida fuego.
Me quemaba su pija de caliente.
En pleno orgasmo se quiso salir pero la bola estaba apretada adentro.
Sus tirones casi me hacen desmayar.
Logré que se quede quieto y varios minutos después sentí su tirón para sacar la bola y la pija de adentro, dejando mi concha muy abierta y chorreando.
Tuve un par de espasmos y caí rendida.
Cuando me recuperé le saque el bozal y los guantes, me fui a dar un baño ya que estaba pegajosa de leche.
Así fue mi primera cojida con mi perro.