1. Amor y odio (Parte 5 de 5)


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... se sentó al borde de la cama y empezó a reírse a carcajadas, mi cara se transformó, y más me enojaba mes se reía
    
    - Puta… me explicas que es esto?
    
    - Ja! ja! que querés que te explique? no ves? no te das cuenta?
    
    - Si! con quien cogiste puta?
    
    - Bueno, bueno… cuanto enojo… te molesta?. Si quieres saber… es que te extrañaba mucho, y no me pude aguantar, me crucé con un chico, estaba guapo y bueno… fue solo un ‘touch and go’, me explico?
    
    - Pero por qué? por qué me haces esto? nunca terminaré de conocerte!
    
    Emily borró la sonrisa de su cara y me dijo en tono de reproche
    
    - Francesco, tengo apenas veinte años, que esperas que haga de mi vida? tú tienes a tu esposa, coges con ella, crees que no me molesta? crees que no me importa? crees que no siento celos? que es lo que imaginas? como será nuestro futuro? Solo debo resignarme a esperar que el señor venga cada tanto y me coja un poco? Digamos, una amante en tierra extraña? Esa es tu idea?
    
    Ella me ametrallaba a preguntas, y entendí que todos sus reclamos eran correctos, pero me molestaba la forma, la forma en que los hacía, era necesario que cogiera con un extraño? Ciertamente ya no sabía si era verdad o era mentira, tal vez tuviera un amante, me enloquecía, siempre sería el ratón en esta historia, y se lo hice saber, la desafié sin querer, le dije abiertamente que tal vez el uruguayo estuviera por ahí, que seguramente se estarían riendo a mis espaldas…
    
    Emily estaba en verdad enojada, no dijo nada, solo se ...
    ... puso una remara blanca ajustada que marcaba sus pezones en forma exagerada ante la falta de brassier y una mini de cuero negra brillante, que hacía resaltar su generoso trasero, se veía como una puta y eso me excitaba.
    
    Tomó su cartera de mano, me dijo que la acompañara.
    
    Bajamos raudamente por el ascensor, en tenso silencio, como la calma que presagia la tormenta.
    
    Tomamos un taxi, ella le indicó una dirección y unas cuadras después me di cuenta que no tenía idea donde estábamos, miré de reojo mi celular, comprobé la carga de la batería porque concluí que si por casualidad me separaba de ella, mi móvil sería mi única ayuda.
    
    Llegamos a un antro, ella pagó las entradas, yo solo la seguía en silencio, solo observando, noté que la un par de personas que custodiaban la puerta la llamaron por su nombre, seguramente ella era cliente de ese lugar, seguro no era su primera vez.
    
    Adentro la música retumbaba, locura, hombres, mujeres, cada uno haciendo la suya, sin importar que hacía el vecino, se respiraba una densa humareda, mezcla de encierro, cigarros, drogas, el calor humano era insoportable, pronto mis axilas transpiradas marcaron toda la camisa, luego siguió mi espalda y mi pecho, me di cuenta que estaba pasado de años para ese sitio.
    
    Emily comenzó a bailar como loca, traté de estar a su lado, pero percibí que ella tenía otras intenciones, no me había llevado a ese lugar para pasar la noche bailando, no, ella solo quería que estuviera presente y viera con mis propios ...