1. Mi sensual vecina negra


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Sexo Interracial Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... pero pensé que sería probable que la siguiera el esposo; entonces decidí esperar por otra chance. Más tarde también el tipo se fue de la casa.Maruja regresó bien tarde y esa noche de sábado no salió a bailar.A media mañana del domingo pude oír que iba hacia la terraza.Entonces me decidí a subir detrás de ella. La terraza estaba desierta, solo había algunas ropas recién lavadas colgando.Pero la negra estaba allí, en cuclillas, con las piernas abiertas, enjuagando ropa en un balde. Me acerqué a ella para saludarla.Maruja sonrió de manera felina y eso me perturbó un poco. Pero continuó abocada a sus tareas. Su sensual acento y la voz ronca me endurecieron la verga al instante. Ella estaba con una mini falda de jean y una musculosa, que dejaba ver sus hermosas tetas dentro de un profundo escote.Estaba con un short y una musculosa, con un escote Se dio cuenta de que estaba mirando sus tetas y la muy turra sonrió sin decir nada. Bajó la vista y entonces debió haber visto que yo estaba totalmente al palo. Mis pantalones apenas podían contener mi erección.Le dije que podía contar conmigo; pero entonces se puso seria y me preguntó por qué le estaba diciendo eso.Le contesté que para levantar el ánimo; ya que esa mañana no se la veía tan alegre como de costumbre. Me explicó entonces que estaba teniendo problemas personales y me pidió que le hiciera compañía si no tenía nada más entretenido para hacer…Entonces comenzó a contarme de todo; sin mencionar a su marido y a los cuernos que ese ...
    ... negro le estaba metiendo…Yo la escuchaba y asentía a veces; pero sin dejar de mirarle esas increíbles tetas apretadas dentro de su ajustada camiseta.De pronto me preguntó qué es lo que la hacía a ella tan especial para mí. Y tuve que confesarle que me encantaba el color de su piel, su mirada, su sonrisa y ese tremendo cuerpo tan curvilíneo…Me preguntó si me calentaban las morenas y le dije que sí; esta vez llevándome una mano a la entrepierna, tratando de calmar mi dolorosa erección. Maruja estalló en una sonora carcajada…Me dijo que mi reputación me precedía; todas las mujeres del edificio comentaban que yo era un mujeriego sin solución.Y ella siempre veía el desfile de perras que entraba a mi bulín.De repente se levantó para quitarse la falda, quedando vestida con una diminuta tanga de encaje. En un momento me dio la espalda y pude ver sus firmes glúteos tragándose ese hilo dental. Mi verga ya no aguantaba ni un minuto más su encierro…Maruja levantó el balde y también metió allí su falda.Pude ver entonces que la pequeña tela en la entrepierna parecía estar húmeda; pero no dije nada. Ella pasó a mi lado rozándome con su suave piel.Me quedé allí de pie; mirándole el culo; sufriendo al verlo bambolearse al ritmo de sus caderas; ya casi resignado a que no sucediera nada de nada.Pero entonces me adelanté para abrirle la puerta, ya que ella llevaba ambas manos ocupadas. Ahí tuve la idea de apoyarle mi verga endurecida entre sus magníficas cachas.Ella no amagó esquivarme, sino que ...