Los gatos - Relatos Eróticos

Los gatos

Una cuñada fue a vivir cerca de Pachuca por espacio de unos meses y se fue con su esposo y tres hijos, de 19, 12 y 7 años.
Dejó su casa y aunque muchos muebles se quedaron había por lo menos media docena de gatos en la parte de arriba que se quedó en obra negra. En una ocasión, le pidió a mi esposa que fuera a dar de comer a la gata y sus crías. Cerca de las 11 de la noche mi esposa (Malena) fue a verlos y se tardó una hora, quizá un poco más.
Esa fue la primera ocasión, hubo otras en las que fue y se tardó entre una y dos horas y siempre era poco antes de la medianoche.
En una ocasión llovió muy fuerte y se fue a casa de mi cuñada poco después de la medianoche. Quizá 12:30 y demoró dos horas, por lo menos, por supuesto que me preocupé y aunque seguía lloviendo fui lentamente escondiéndome un poco de la lluvia. Sin embargo, pasé primero por la ventana de mi cuñada que tenía una luz ligera prendida y después pasé a un lado -por un pasillo- de la recámara de mi sobrino el mayor y allí pude escuchar los gemidos de mi esposa que solo eran medio silenciados por el escurrimiento del agua. Me quedé un rato a la orilla de la ventana y seguí escuchando esos gemidos y palabras soeces que en mi vida había escuchado de mi esposa. Pasó casi una hora, yo estaba en casa y mi esposa regresó como si nada. No sentí asco ni nada por el estilo, es una mujer de 50 años que todavía se ve muy bien y de cuando en cuando gozamos cuando estamos solos y nuestra hija en la escuela, pero ya tiempo después supe que el amante o uno de sus amantes, era taxista, pues en otra ocasión vi su taxi a la vuelta de la casa y eso se repitió por días hasta que mi cuñada regresó.