Picadas Veracruzanas para el "almuerzo" (La rutina de la infiel 2) - Relatos Eróticos

Picadas Veracruzanas para el "almuerzo" (La rutina de la infiel 2)

Después de que mi esposo regreso a trabajar pude verme más seguido con mi amante. Todo esto en ayuda mutua con mi amiga Osiris ya que ella también tiene "su que ver "con alguien.
Pero aún así mi rutina seguía como siempre:
Despertarme temprano por el ruido de la regadera del baño mi esposo se da una ducha. Me voy levantando y tratando de asimilar lo de la noche anterior.
Mi esposo sale envuelto en la toalla y frente a mi se desnuda sonriente me saluda. Muy contento por su "hazaña" de anoche.
Me busco para coger y no tuve más remedio que aceptar, porque no quería que sospechara algo. Yo ya había quedado de verme esa mañana con Darío y todo estaba preparado.
Pero a mi esposo se le tuvo que antojar y tuve que cumplir como la esposa abnegada que soy.
Después de unos besos y una chupada de verga me dispuse a ser penetrada por mi esposo. Y luego de unas cuantas metidas me descargo su leche dentro de mi. Nuevamente me sentí frustrada apenas iba sintiendo algo cuando me dispara dentro de mi vagina toda su miel. Me da un beso se voltea adormir y a los cinco minutos a roncar.
Mi esposo como ya se los había dicho es buen hombre y buen padre. Vivimos bien gracias a su trabajo.
Pero en el sexo me queda mucho a deber y el lo sabe.
Al principio me remordía la conciencia, pero debido a las"noches de pasión" como la que les cuento termino motivada a seguir buscando quien me quite las ganas.
Siguiendo con mi rutina de buena esposa y buena madre de familia. Hay que lidiar con mis ...

... hijas que aunque ya tienen 22 y 18 años respectivamente siguen atenidas a que les resuelva todo.
Y debo dejarlas en su escuela , la mayor a la universidad y la menor a recuperar materias en la prepa ya que perdió año escolar debido a que no es muy buena estudiante.
Después de unas cuatro veces que les digo que se apuren para que las lleve a sus escuelas,mi esposo se despide de mi con un beso diciéndome que no llegara a comer esta vez.
Como la rutina es predecible era por eso que me cite con Darío en el estacionamiento del Mall como siempre.
Enfundada en mis pants holgados playera azul marino con cien lavadas que hacen que su color se vea pálido y sin maquillar me dirigí a dejar a mis hijas a sus respectivos planteles.
Tan rápido como pude me regrese a casa para cambiarme de ropa.
Me volvía a duchar porque siempre me ha gustado cuidar mi cuerpo soy muy limpia.
Me perfume hasta el último rincón de mi cuerpo; donde se que le gusta explorar a mi macho con su lengua cada vez que me coge. Salí a toda prisa con un vestido azul con falta corta y amplia en zapatos de tacón ancho. Con mis gafas oscuras pude ver la mirada que me echaba el vigilante del fraccionamiento cuando me abrió el portón.
Llegando al estacionamiento como siempre me  cambie al auto de Darío y nos metimos al motel más cercano que estaba por ese rumbo del mall. 
Una vez adentro me entregué a los brazos de mi hombre. Me encantaba su olor, el también es cuidadosos con su aseo y nos besamos ardientemente. Sus manos ...