Roco, mi hija y yo. - Relatos Eróticos

Roco, mi hija y yo.

Ya les conté en anteriores de Roco. Lo peor para dejar un vicio es que te gusta y no quieres. Una vez que me adapte a Roco, era habitual que los domingos por la tarde me entregué, hasta que mi hija se dió cuenta y se sumó. Al principio venía una vez al mes más o menos, pero Anahi se ha vuelto un perra puta como su madre así que ahora viene a casa cada domingo y Roco nos coje por igual a cada una.
En esta locura de placer y vicio, uno de esos domingos que Anahi había venido más exitada que de costumbre, estaba desnuda, tirada en el piso con mi jueguetes preferido bien metido, y Roco desesperado lamiendo lo que podía, mientras yo le frotaba la concha en la cara al borde del orgasmo, cuando de reojo lo ví a mi marido y padre de Anahi, parado en la puerta de la cocina mirando extasiado con la pija en la mano haciendo una paja frenética por la calentura del show.
- Seguí puta, sigan que acabooooo, dijo y empezó a soltar sus chorros de leche por todos lados, mientras mantenía sus ojos fijos en la escena de Anahi con Roco que la buscaba con su verga totalmente ...

... hinchada.
Anahi en su éxtasis ni se enteró o no pudo controlarse y poniéndose en cuatro lo invitaba a montarla
Su grito cuando Roco la ensartó sin piedad, y le empezaba a dar con mucha fuerza mientras ella se orinaba y gritaba poseída por esa pija que la llenaba.
Cómo cada vez cuando le entraba la bola de Roco en su concha, levantó la cabeza al techo y aulló como animal herido 
- Me mata, me mata ahhhhhhhhh.... 
Me acerque a mi marido y le chupe la pija con necesidad hasta que se le paró de nuevo y me puse en cuatro al lado de mi hija mientras mi marido me cojia por el culo con mucha fuerza logrando que empiece a delirar.
Cuando me lleno, justo Roco logro sacar su poronga de la concha de Anahi y las dos quedamos chorreando una frente a otra de lado acostadas en el piso.
Nos miramos y nos besamos apasionadas para luego dejarnos descansar.
Cuando pudimos recuperarnos nos fuimos a lavar y bañar todos y volvimos a la mesa ya vestidos.
Le contamos a mi esposo todala historia y mirando a su hija le dijo
- El domingo que viene aunque Roco te rompa, te voy a llenar el culo mi amor