1. Mi esposo no lo sabe


    Fecha: 30/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... haciendo que me retorciera con sus caricias. Me voltió y volvimos a iniciar el beso que quedó inconcluso en el taxi. Nos besamos una y otra y otra vez. Perdimos la noción del tiempo. Yo correspondí a sus besos y caricias, mordiendo suavemente su lengua y labios. El me tenía rodeada de la cintura, yo de su cuello. Fue un momento que esperé por mucho tiempo. Víctor comenzó a remover mi blusa, lo detuve.
    
    ¡No! ¡Así no corazón! – le dije separándose un poco de él – tal como acordamos, te voy a hacer el striptease. Ponte cómodo.
    
    Lo que tú digas mami – dijo con voz temblorosa.
    
    Se sentó en la orilla de la cama. Solté mi pelo, moviendo mi cuerpo sensualmente desabotoné los puños de la blusa, seguí con los botones del frente. Mis movimientos lentos contrastaban con los latidos de mi corazón que eran muy rápidos. Su cara tenía una expresión de excitación que se transmitió a mi cuerpo. También pude sentir en mi concha el efecto de su mirada llena de deseo. Claramente sentí como se mojó mi vagina. Lentamente removí la blusa, la aventé sobre su cara.
    
    ¿Y tú? ¿No te vas a ir preparando? – le pregunté con voz sugestiva.
    
    Comenzó a quitarse los zapatos y camisa. Yo seguí contorneado mi cuerpo, acerqué mis tetas a su cara. Víctor clavó su rostro entre mis grandes senos, aspirando muy fuerte con su nariz.
    
    ¡Que rico huelen tus pechos Mary! – me dijo, continuando oliéndolos.
    
    Con mis manos presioné su cabeza ligeramente contra mi pecho. Mientras él lo olía y daba pequeños ...
    ... besos a mi busto, sus manos fueron hacia atrás de mi brassier para desengancharlo. Cuando intentó quitar el brassier, me separé de él, continuando mis movimientos eróticos.
    
    ¡Quitate el brassier Mary! – me pidió.
    
    No comas ansias - le dije- tenemos toda la tarde.
    
    Quería lograr en él, lo mismo que sentía yo: un deseo desesperado por tener sexo. Me voltié de espaldas a él, indicándole bajar el cierre de mi falda. Tan pronto lo hizo, me separé nuevamente. Me voltié de frente a él, con un brazo sostuve mi brassier para que no cayera, mientras con la otra mano bajaba poco a poco mi falda. Víctor continuaba quitándose la ropa. Se detuvo cuando mi falda cayó y notó que yo no tenía panty, rápidamente mi mano cubrió mi pubis. Así quedé: con mis zapatillas de tacón alto, las medias sujetas con el ligero, mi mano cubriendo el pubis y mi brazo deteniendo el brassier. Víctor tragó saliva.
    
    ¡Mary! –dijo evidentemente entusiasmado – estas fenomenal.
    
    ¿Te parece?
    
    ¡Claro güerita! ¡Déjame verte por completo!
    
    Lentamente comencé a girar mi cuerpo, cuando estuve de espaldas a Víctor, abrí un poco mis piernas, cubrí mi sexo y mi ano con mi mano. Agaché mi torso hacia delante, sin descubrir mis partes íntimas.
    
    ¡Puta madre! –dijo Víctor – estas buenísima mamacita.
    
    ¿Te gusta mi cuerpo?
    
    ¡Mucho! Voltea para que lo sepas. – me respondió.
    
    Di la vuelta, él estaba con su pantalón y truza en los pies, lo demás desnudo, casi acostado en la cama, con el pene muy erecto. Ahora la que ...
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