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VIAJE DE INFIFELIDAD
Fecha: 01/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... horrores. A través del espacio entre los dos asiento miré para atrás, ya que no quise levantarme a ver si mi mujer dormía para poder conversar un rato pero lo que vi me dejó helado. Mi mujer estaba dormida de costado dejándola cola hacia el lado del acompañante, el tipo le había ido levantando la pollera y le estaba metiendo el dedo en la concha a través de la bombacha, yo no sabía que hacer, si agarrarlo a trompadas, llamar al guarda del colectivo y hacer un escándalo o esperar a ver que mi mujer se despertará y armara ella el escándalo y no yo que no podría decir mucho ya que sería mi palabra contra la de él. Mientras pensaba todo esto recuerdo que se agregó la extrañeza de que mi mujer no se despertara, ella también tiene el sueño liviano en estos colectivos y el tipo le estaba metiendo el dedo, no podía no darse cuenta, además debo reconocer que estaba teniendo la impresión que el dedo del muchacho ya no estaba en un lugar seco sino mas bien húmedo. Todo esto pasó en menos de dos minutos y fue entonces cuando mi mujer se dio vuelta y se puso boca arriba abriendo las piernas para que los dedos del hombre trabajaran mejor. Pensé que esto no me podía estar pasando, mi mujer debería estar soñando o algo por el estilo, porque no solo no hacía nada por evitarlo sino que lo estaba disfrutando. Ahora si me pude convencer que la concha de mi mujer estaba totalmente mojada porque el tipo sacó los dedos y estaban mojados, ...
... se los llevó a la boca y los chupó, luego volvóa a metérselos en el chocho a mi mujer. Pero no conforme con esto empezó a pasarle la otra mano por las tetas, acariciarle los pezones, sobarlos hasta hacérselos poner durísimos, le reventaban a través de la tela del vestido y el corpiño. No se escuchaba ningún gemido ni nada pero la cara de mi mujer me indicaba que estaba disfrutando de todo el manoseo de una manera grandiosa. Yo a estas altura tenía la verga dura y no sabía que hacer, si despertar a mi mujer o seguir mirando el espectáculo que me ofrecía, suponiendo además que estaba dormida. El tipo suspendió el manoseo a las tetas y se desabrochó la bragueta y sacó una verga enorme y gruesa y la empezó a sacudir, se estaba haciendo una flor de paja. Pero estaba visto que para mi no terminaban nunca las sorpresas, porque de repente era la manos de mi mujer la que agarraba ese instrumento enorme y lo empezó a masajear y a mover. Era un espectáculo increíble, no se habían dicho ni una palabra y de golpe mi mujer estaba chupando esa verga, ese tubo de carne de una manera como nunca lo había hecho conmigo. Le saboreaba la cabeza, se metía todo lo que podía de esa tranca en la boca, le lamia los huevos, estaba totalmente descontrolada. En un momento mi mujer se paró para observar si dormíamos mi hijo y yo, momento que el tipo aprovechó para bajarle los calzones y empezar a chuparle la cuevita que a estas alturas estaba ...