1. Entregando a Lorena 4


    Fecha: 02/10/2018, Categorías: Anal Voyerismo Autor: aristurman, Fuente: xHamster

    Entregando a Lorena 4Puntualmente apareció Carlos en la puerta de casa. Mi curiosidad se transformó en desesperación cuando vi quien era su amigo. Se trataba de Jorge, el carnicero del barrio, un bruto como pocos, hosco y ordinario, siempre con una expresión dura en el rostro.Además era un gigante, ni quería imaginarme en proporción el tamaño de su verga.Lorena no pareció decepcionada cuando vio quien iba a ser compartida, siempre me decía que este tipo la desnudaba con la mirada cuando iba a su local, aunque nunca le había ningún comentario fuera de lugar. Ahora tendría la oportunidad de cogérsela, gracias a su amistad con Carlos y hasta podría sodomizarla, si Lorena se aguantaba semejante pija.Mi amigo parecía divertido, me miró sonriente preguntándome- Te imaginabas que Jorge iba a terminar cogiéndose a la putita de tu mujer? Porque siempre le tuvo ganas, sabías, ahora le vamos a dar el gusto, qué te parece Flaco?Yo ni siquiera le contesté, veía que a Lorena le brillaban los ojos, sin dejar de mirar a Jorge.Carlos me preguntó si iba a quedarme para presenciar lo que le harían a mi esposa, o si prefería irme y regresar en unas horas. Le contesté que quería ver todo, recibiendo como respuesta una sonora carcajada de ambos.Lorena los precedió camino a nuestra habitación, mientras Carlos le manoseaba el culo por debajo del vestido y sonreía satisfecho por la ausencia de ropa interior. Sacó un par de dedos humedecidos con la esencia de Lorena y se los mostró a su ...
    ... amigo.-Te dije que es una flor de puta, ya tiene la conchita chorreando.Mi esposa permaneció de pie en el centro de la habitación, mientras Carlos se acercaba por detrás para acariciarle los hombros y deslizarle los breteles del vestido, el cual cayó al piso en un segundo, dejándola en toda su esplendorosa desnudez.El bruto del carnicero ni siquiera había dicho palabra, pero ya se estaba desnudando en un rincón. La visión de Lorena vestida solamente con sus zapatos de taco aguja y las medias negras de nylon lo hizo excitar bastante, ya que lanzó un silbido mientras se tomaba su enorme verga con ambas manos. Decir enorme es poco, esa pija era mucho más grande todavía que la de Carlos, si intentaba sodomizar a Lorena con eso, seguramente la pobre iba a terminar en un hospital con la cola destrozada.Carlos también se desnudó y le dijo a su amigo que se la cogería a Lorena en primer lugar, para dejársela un poco más dilatada y lubricada, ya que así podría resistir mejor su gigantesca y dura verga. Jorge asintió con la cabeza y se acercó a mi esposa, que estaba en cuatro patas al borde de la cama. Tomándola por los cabellos la obligó a abrir su delicada boca y le hundió su herramienta ahora un poco fláccida, hasta el fondo de la garganta. Lorena por supuesto se ahogó con esa intrusión, pero enseguida pareció que se acomodaba y comenzaba a succionar y lamer semejante pedazo de verga, que empezó a aumentar de tamaño mientras el carnicero iniciaba un desenfrenado ritmo balanceando sus ...
«123»