1. Había una vez una joven


    Fecha: 28/07/2023, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: SophieSimmons, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... No pude evitar reírme.
    
    —¿No se acaban de pelear y te dijo que no te quería ver más? —le pregunté. Él asintió, en silencio.
    
    —Sí.
    
    —Entonces, ya no es tu novia —le dije mientras me sentaba a horcajadas sobre él y me acercaba a su boca—, y vos no harías nada malo si me besas... O me tocás... O me cojés.
    
    No esperé a que me diga que sí o que no. Tomé su cara y lo besé. Le metí la lengua, le mordí los labios, le succioné la boca, tomé una mano y la puse en mi pecho y mientras me movía contra su verga, que empezaba a crecer. Estuvimos así unos minutos hasta que me bajé de él, le abrí los pantalones, se los bajé y le agarré esa verga grande y venosa para llevármela a la boca.
    
    Francisco dejó salir un gemido profundo y varonil, yo ya tenía la concha hecha agua y necesitaba sentirla en mi interior. Me la metí hasta el fondo de la garganta, mientras hacía que el amigo de mi hermano gimiera.
    
    —Qué bien que la chupás, Sophie —me susurró mientras presionaba contra mi cabeza para hacer que vaya más profundo—. Quiero hacerte ahogar con mi leche... Nunca me habían chupado la pija... A mi novia no le gusta eso...
    
    —Es una boluda, entonces —le dije cuando me la saqué de la boca—. Porque no hay nada más rico que chupar una verga como la tuya.
    
    —No quiere ni que tengamos sexo... No quiere hacer nada... Por eso nos peleamos —me confesó.
    
    —¿Hace cuánto que no tenés sexo? —pregunté.
    
    —Hace un año —respondió—. Estoy harto de serle fiel y de hacerme la paja.
    
    —Yo hace seis ...
    ... meses —le conté—. Leonardo no me atiende. Entiendo lo que se siente.
    
    —¿Me podés coger, por favor? —me suplicó—. Cogéme. Dejáme seco...
    
    —¿Tanto lo deseas? —pregunté, saboreando sus palabras.
    
    —Mucho. Y quiero que vos lo hagás. Nunca te lo dije, pero siempre me gustaste y todas las noches te dedico una. En parte también vengo a verte a vos —respondió. Mi ego estaba por las nubes.
    
    —Entonces, acostáte en la cama, y dejáme que te coja.
    
    Fran me hizo caso. Se recostó sobre mi almohada y se acomodó. Me desnudé completamente, pero antes de subirme sobre él me hizo un pedido especial.
    
    —Subìte dándome la espalda —suspiró, sin dejar de pajearse—. Quiero ver cómo mi pija entra en vos.
    
    Me reí, pero le hice caso. Le puse uno de los forros que tenía de los que usaba con Leonardo, me subí sobre él y, poco a poco, empecé a meterme la cabeza de su verga, y luego todo el resto. Francisco dejó salir un gemido muy fuerte, mientras suspiraba, seguramente al ver cómo entraba.
    
    —No me puedo creer que te estoy cogiendo... —dijo mientras separaba mis nalgas para tener una visión más amplia de mi culo, mi concha y su pija—. Me encanta... Me encantás...
    
    La intensidad aumentó.  Empecé a moverme más fuerte. Tuve que pedirle que no gima tan fuerte, y yo modular mis gemidos, porque lo último que necesitaba era que mis vecinos le digan a mis viejos lo que hacía cuando ellos no estaban.
    
    La cama se movía para todos lados, la cabecera rebotaba en la pared, y Francisco y yo gemíamos al ...