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Mamada a uno de los chicos mas guapos y populares de la ciudad.
Fecha: 04/10/2018, Categorías: Gays Autor: BlackCastle, Fuente: SexoSinTabues
... entender que su polla era mía aquella noche. Con una mano le tocaba sus abdominales marcados y con la otra sobaba su polla. Parecía bastante grande y la curiosidad me estaba matando por dentro así que tras un rato de tocamientos le quité el calzoncillo. Tras él se escondía el rabo más gordo que yo había visto hasta ese momento, calculé que medía unos 19 cms. - Chúpamela – me dijo él. Yo bajé hasta que su enorme polla se quedó frente a mi cara. Empecé a chuparle los huevos mientras le hacía una paja y le miraba fijamente a sus preciosos ojos marrones. Él se puso muy cachondo y apretó mi cara contra sus huevos haciéndome oler su nabo, que olía a macho. Después de unos segundos así retiré la cara y agarré fuerte su polla para contemplarla. No podía creerme que estuviera a punto de comerme el rabo de unos de los chavales más guapos y populares de la ciudad pero así era. Sin dejar de mirarle a los ojos me metí su polla en la boca lo más hondo que pude. Comerme aquel cipote enorme se convirtió en adictivo, empecé lentamente pero poco a poco fui aumentando el ritmo. Eran tan grande su polla que podía pajearle con una mano mientras chupaba su capullo, algo ...
... que le hacía gemir como un descontrolado. Me cogió la cabeza y empezó a follarme la boca tan fuerte que me provocó algunas arcadas pero a mí me daba igual. Aquella fue una mamada de por lo menos quince minutos. Yo sentía que mi polla iba a romper el pantalón de tan dura que la tenía. - ¿Quieres que te llene la cara de leche? – me preguntó. Yo asentí de forma sumisa. Me sacó la polla de la boca y empezó a pajearse con fuerza. De repente un temblor le recorrió el cuerpo y yo sabía que aquella era la señal. Abrí la boca y saqué la lengua. El primer chorro de semen caliente fue a parar a mi boca, tres chorros más me llenaron por completo la cara de semen. Cuando se corrió por completo se dejó caer sobre la cama jadeando mientras yo lamía la leche que me había dejado en la cara. Pasaron unos segundos hasta que se levantó de la cama y encendió la luz. Pude ver su cuerpo perfecto iluminado y su gran rabo colgando. Me miró con una sonrisa pícara y me guiñó un ojo. - Me has hecho la mejor mamada de mi vida bro – me dijo – Pero ni una palabra de esto a mi novia. Yo asentí sonriendo, degustando con placer nuestro nuevo “secreto”. Jamás podría olvidar aquella noche.