El soplido del Diablo −2−
Fecha: 01/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: chichikuilo, Fuente: CuentoRelatos
... día de hoy.
Mi tía se me quedó mirando con cara de incrédula y sin más, se levantó de la cama, la playera que le quedaba holgada apenas si tapó un poco más debajo de sus nalgas y dejó ver el resto de sus largas y bien torneadas piernas. Ella a sus 28 años era un monumento de mujer, con unos senos bastante potables, su cara era muy linda con unos labios muy carnosos y esa cabellera que le llegaba prácticamente a media espalda, no por ser la hermana de mi papa podía dejar de ver a tan suculenta hembra… así estaba meditando todo eso cuando su voz de amargosa me volvió a la realidad.
—¿Qué, te piensas quedar todo el día ahí o me podrá meter a bañar a gusto sin tu presencia?
—No tía… ya me voy disculpa
Y salí del cuarto de mi tía, todavía con la imagen de su cuerpo en mi mente. Me dirigí a mi recamara y ahí me la pasé un rato viendo una de esas películas viejitas de blanco y negro, cuando de pronto escuché la voz de mi tía que me pedía que fuera a su cuarto. Rápidamente llegué a su habitación y me dijo…
—Necesito que me hagas un favor Hugo
—Si tía el que tu gustes
—Me duele increíblemente la cabeza y creo que me dormí mal porque me duele bastante la parte izquierda de la espalda y la verdad no tengo humor de nada más que para dormir; me quiero tomar mis medicamentos y necesito que me des un masaje en la parte adolorida con esta pomada que tiene un analgésico local, no quiero dormirme y levantarme más tarde con el dolor, es insoportable y molesto… ¿podrás ...
... hacerme este favor?
—Claro tía le conteste.
—Bueno pues a darle —dijo ella.
Y se tomó sus antidepresivos y otro medicamento para la migraña, yo para mis adentros pensé que se había tomado un fuerte coctel para dormir profundamente, se recostó boca abajo, ella se había puesto un top y de la cintura hacia abajo se cubrió con la delgada sabana de la cama y dejo su espalda al descubierto y me dijo…
—Anda dale Hugo que las pastillas harán su efecto muy pronto, cuando termines te sales y cierras mi puerta y por favor no vengas a interrumpirme a ver si estoy bien o que, si quiero comer, quiero dormir lo más que pueda y sin interrupciones… ¿comprendiste Hugo?
—Si tía.
Vaya que, si estaba de mal humor, tras que le iba a dar su masaje todavía me regañaba, pero en fin era mi tía y tenía que tenerle paciencia y comencé a frotarme las manos con la pomada e inmediatamente pase a su espalda; comencé frotarle su cuerpo con cierto miedo de no lastimar a mi tía, de pronto ella me dijo…
—Hugo no me voy a romper, frota bien y de una vez que sea toda la espalda para aprovechar el masaje… anda, haz lo que te digo muchacho atarantado y hazlo bien
Le contesté que sí y empecé nuevamente a darle el masaje, ahora dándole un poco más de presión.
—Eso… así está mejor… aaay así, así sigue así Huguito mucho mejor, mmm así, que rico.
Vaya que mi tía estaba disfrutando el masaje y tengo que admitir que frotar esa piel blanca y suave era también un deleite, sentir como mis manos ...