1. EL MENOR (EXHIBICIONISMO U ORGIA)


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: Incesto Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    ... para que viera cómo entraba en contacto con mi lengua, se me pegaba y goteaba. Una gota resbaló de mi lengua y fue a caer en mis pechos, sobre el top, así que me relamí y tragué su simiente. Él no podía aparatar sus ojos de mi mano y mi boca, una dulce y sensual sonrisa cubrió mis labios mientras relamía su lechita de mi mano y la limpiaba tragándomelo todo. Él se convulsionó, sin ni siquiera tocarlo y vi cómo descargaba de nuevo su leche empapando sus piernas y llenando su short de un cremosos y delicioso yogurt. Ni lo había tocado yo, ni se había acariciado él, simplemente, mi imagen le había hecho correrse. Le alcancé algunos pañuelos de papel de mi bolso y me acomodé de espaldas al campo, cubriéndolo, mientras se aseaba un poco, me voltee hacia el campo para que no se ruborizara todavía más, pero claro, al volverme y recostarme en la valla que rodeaba el campo, no podía dejar de darle una impresionante vista de mi culito, y de mi empapada humedad que se escurría entre mis piernas, notaba dos gotitas escurriéndose por la parte interior de mis piernas creando dos hilos brillantes que no me molesté en secar, quería exhibir mi calentura. Después de una prudente pausa para permitirle limpiarse un poco y que no se quedara cohibido me voltee para sentarme de nuevo a su lado, pero, ¿de nuevo empalmado? ¿Es que no descansas nunca tú? me salió así, con una risita. Es que tu allí empinada y con la mini esa, nos reímos los dos mientras una de mis manos le acariciaba la verga sobre ...
    ... el short más como una gracia, que, con sentido sexual. Vaya con esta tremenda verga, siempre dispuesta a disparar, eso es fantástico le decía bajito a la oreja mientras mi mano se posaba sobre su miembro suavemente. Sus risas se acallaron al instante, al notar mi aliento en su oreja, la calidez de mi mano de nuevo en su miembro, claro, yo todavía no había llegado y seguía excitada, pero esta vez ya no se la pude notar tan dura. Estaba gruesa, eso sí, erecta, pero no tan dura como antes, pobrecito. Le susurre al oído me encanta excitar y notar cómo el semen se derrama sobre mi cuerpo y en mi interior, pero esta vez me estaba excediendo y lo estaba torturando. Pese a todo, pese a sentirme algo culpable, algo dentro de mí me empujaba a ir más allá, y seguí susurrándole a la oreja y acariciando su miembro procurando que no se corriera, mientras apretaba mis pechos contra él. ¿Te gusta verdad? Sí. Es lo que tanto habías soñado cuando veías a Juan Carlos con su mano perdida bajo mi falda, ¿verdad? Y esta vez, con los ojos cerrados, tuvo el valor de contestarme: sí, no sabes lo calientes que nos pones. Me deseas, claro, soñamos todos con cogerte, eso me encanta, me encanta saber que están todos loquitos por mí. Pero eso tenía que acabar ahí, si no me daría algo a mí, estaba tremendamente excitada y a punto de saltar sobre esa tremenda verga y clavar con gusto. Así que me retiré un poco sacando mi mano de su paquete. Eso quería oír, le dije dejándolo con la tranca casi fuera del short ...
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