Un matrimonio diferente - Primera Parte (Re-public
Fecha: 09/10/2018,
Categorías:
Anal
Primera Vez
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... oían los chasquidos de la reata masculina al chocar con la lengua encharcada de Enaida.Más tarde, Crispín acomodó a su esposa en cuatro, sobre la cama.—Si te duele le paramos —tuvo la amabilidad de decirle Crispín—. Siéntela —luego le dijo, mientras la punta de su vergudo tolete le rosaba la entrada a Enaida.Sin decírselo, Enaida ya deseaba tenerlo adentro. Había esperado mucho para ser la mujer de su amado.Por fin, Crispín rompió la delgada telilla de su ahora cónyuge..., sus nupcias estaban consumadas.—¡Ay... se siente bien rico! —gritó en un chillido Enaida.Ambos disfrutaron de aquella primera cópula.Las nalgas de la ahora Señora rebotaban morbosamente sobre su marido cuando ya lo cabalgaba. Luego, totalmente abierta de piernas, no dejaba de bufar como burra penetrada en el cerro, mientras que el otro, encima de ella, entraba y salía sin descanso.Aquella primera noche de pasión Crispín dejó a su Señora bien llenita de leche.Para los siguientes días de casados, los cónyuges no sólo disfrutaron de frecuentes encamadas de pasión, sino que comenzaron a experimentar:—Nomás ve cómo te la comes —le decía su marido a Enaida, mientras le sostenía un espejito justo debajo de sus sexos para que ella pudiera apreciar como era penetrada.En aquel reflejo, Enaida podía ver el pene de Crispín metiéndosele resbalosamente. A ella aquello le pareció muy morboso e incentivo. En Enaida comenzaba a estimularse un apetito nunca antes despierto.Crispín se esforzaba en descubrir nuevas y ...
... variadas formas de culear y disfrutar así a su esposa.—‘Ora, trépate a la mesa de la cocina y ponte de ladito que así te voy a dar —le ordenaba su amado.La mujer nunca ponía un “no” a ninguna propuesta de su esposo, pese a lo raro que le pareciera.—¿Te gusta mi amor? —le decía Enaida a Crispín, mientras le modelaba un vestido súper ajustado que resaltaba sus morenas curvas y dejaba poco a la imaginación.—¡Te quedó pero si bien chingón! —le respondía viéndola vestir lo que él mismo le había comprado; aquello no podría calificarse menos que de “putivestido”—. ‘Ora, vete al mercado y cuando regreses me cuentas cómo se te quedaron viendo —le ordenaba su morboso esposo.—Ay, amor. Es que me da pena —le confesaba Enaida.—Tú no te agüites. Tranquila, que les vas a gustar a muchos.—Pero sólo soy tuya —le dijo y lo besó.Sin embargo, no todo en la vida es sexo, pues Crispín tenía que ganarse el sustento, y fue así que Enaida se quedó sola por primera vez, mientras que su hombre salía a ganarse el pan con el sudor de su frente.Dada la excitación despertada en ella, no fue raro que a Enaida le comenzaran a carcomer las ansias de satisfacer sus diarias necesidades sexuales. Cada día que permanecía sola, sin su marido, parecía ansiosa, intranquila. Deseaba bajarse los vaqueros con todo y calzones, nomás llegara.Enaida pasó mucho tiempo aburrida, pues Crispín estaba fuera por varios días, mientras que ella se quedaba sola en casa, dedicada exclusivamente a las tareas del hogar, sin ningún otro ...