1. De vuelta a casa


    Fecha: 09/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: luciabisex, Fuente: xHamster

    ... tratando de disimular, hasta que fuimos llegando a mi parada. Entonces yo volví a llevar mi mano izquierda atrás y le di unos golpecitos en su brazo para indicarle que lo sacara. Al menos él lo hizo al instante, y yo me pasé la mano por detrás para asegurarme de que el vestido estaba en su sitio, sin dobleces.Cuando el autobús paró, yo di la vuelta a la barandilla y me dispuse a salir, siempre sin soltarla con mi mano derecha, porque con el temblor que llevaba en las rodillas de verdad temía caerme al suelo de cara al bajar. Mientras salia lo miré de reojo, y pude ver que ya no estaba blanco como antes, estaba rojo como un tomate. Parecía que se había pintado la cara para ir a un partido de España, aunque yo tampoco vi la mía. No me extrañaría que la llevara igual, al menos por los calores que me notaba diría que si. Me seguía con la mirada mientras me iba, justo entonces pensé, “Dios que no se baje detrás”. Ni si quiera se me había pasado por la cabeza hasta ese momento. Por suerte no fue así.Cuando me bajé me fui a la fachada del edificio que había detrás de la parada y me apoyé, saqué el móvil y me puse a mirarlo mientras me calmaba un poco antes de caminar las ...
    ... pocas manzanas que había hasta casa. Mientras iba de camino pensaba en lo que acababa de hacer. No es propio de mi ni mucho menos. Como ya he dicho soy muy cortada en público y más con desconocidos. Además, al contrario de lo que algunos aun piensan, a las mujeres no nos resulta nada agradable que te metan mano de esa forma.Lo que me encendió fue al girarme ver a un chico del que por edad bien podría ser su madre. No es que me gusten jovencitos ni nada así, fue pensar que a mis años aun tengo un culo que le apetece sobar a un chico que debería estar acostumbrado a ver otros culos más jóvenes y levantados que el mio.Al llegar a casa mi novio ya estaba allí, solo pude decirle un “hola” bastante escueto. Me fui al baño y me desvestí, cuando me bajé el tanga a la altura de las rodillas lo cogí y lo miré. Estaba empapado y lo tiré al cesto de la ropa para lavar.Al salir al dormitorio, ni chico estaba allí y debió verme rara porque me preguntó: “Luci, ¿estas bien?”. A mi me entró la risa tonta y, ingenua de mi, le conté lo que me acababa de pasar. Estuvo bastante mosqueado el resto de la semana, pero al final conseguí que se le pasara. Pero bueno, eso ya es otra historia.xoxo 
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