La curiosidad de Chat Noir (III)
Fecha: 25/09/2023,
Categorías:
Humorísticos
Autor: Alfa054, Fuente: CuentoRelatos
Adrien siente una inquietud inusual por la reciente conversación con su amiga Alya. Empieza entonces a urdir un plan para responder esas dudas de propia mano; usando sus encantos felinos como Chat Noir sobre la apetitosa muchacha.
Capítulo 3:
Al día siguiente, Adrien y sus compañeros salían de clases sin mayor novedad y partían a casa. Como todos los días, la imagen de cierta chica no salía de sus pensamientos. Sin embargo y por primera vez, había otra chica en su mente que no era Ladybug; se trataba de su amiga Alya.
Al chico no le había pasado por la cabeza con anterioridad el mirar a ninguna de sus compañeras de ese modo. Sólo tenía ojos para Ladybug. Eran para ella todos sus pensamientos, suspiros, sueños y momentos de autosatisfacción. Sin embargo, desde la clase de deportes, la imagen de la joven aparecía de forma recurrente en su imaginación.
Pensaba en la forma que se acercó a él cuando le hizo la pregunta sobre Ladybug, la manera en que se acomodó en su cama, muy sensual pero no intencional... y más que nada, lo que le dijo sobre Chat Noir. Eso en particular le despertaba cierto nerviosismo y curiosidad. Pero ya fuera por las hormonas de su cuerpo adolescente o por algún motivo que no alcanzaba a comprender, ese nerviosismo se traducía en erecciones espontáneas cuando posaba sus ojos en Alya.
Estando en el patio de la escuela haciendo ejercicio, aunque buscaba enfocarse en cualquier otra cosa, sus ojos acababan dirigiéndose hacia Alya; hipnotizado ...
... por la firmeza de sus muslos, la curva tan exquisita que se formaba al dar vuelta el short en su trasero, sus caderas y su ombligo que se revelaba ocasionalmente al brincar y el movimiento de sus pechos al ejercitarse.
En más de una ocasión recibió un balonazo por lo distraído que estaba. Afortunadamente, la clase de deportes terminó y con ello, la jornada académica. Adrien al igual que sus compañeros se dirigió a los vestidores para cambiarse de ropa y tomar sus cosas para volver a casa.
Ya de regreso en la limosina, quemaba sus neuronas pensando cómo podía ejecutar su plan. Era evidente que debía ir a casa de Alya ataviado como Chat Noir, pero... ¿cuándo sería el momento propicio? ¿Podría simplemente aparecerse en su ventana y pedirle que lo dejara entrar? ¿Y si todo lo que Alya le dijo era solo para impresionarlo? ¿Si iba y nada más hacía el ridículo?
Cuando menos se dio cuenta, ya estaba bajando del auto y caminando hacia su habitación. Espantó sus pensamientos como si fueran moscas sobre su cabeza y decidió seguir una corazonada. En cuanto fuera servida la cena y su padre lo dejara comiendo solo como de costumbre, le diría a Nathalie, la asistente de su padre, que cenaría en su habitación mientras repasaba sus lecciones de chino. Entonces, cerraría la puerta, se convertiría en Chat Noir y saldría por la ventana.
Sonrió para sus adentros, con emoción notable palpitando en su pecho.
Llegada la hora, se sirvió la cena y se sentó a la mesa sin más compañía que ...