1. Abusada en mi propia cama


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Abusada en mi propia camaLlevaba poco tiempo de casada con Víctor y en esa época él tenía que viajar con bastante frecuencia al interior por motivos de trabajo. No me daba miedo quedarme sola por las noches en casa; por el contrario, a veces sentía una gran calentura por las ausencias de mi esposo y terminaba muy relajada, después de haberme metido varias cosas en mi concha humedecida y ardiente.Una de esas noches solitarias, me había acostado después de hacerme una buena paja en la ducha y estaba mirando una película porno en la cama, con casi todas las luces apagadas.En un momento giré mi cabeza para tomar un vaso de agua que había dejado en la mesa de luz; cuando sentí que me asfixiaba, porque una mano me tapaba la boca.Al mismo tiempo sentí que algo metálico me tocaba la garganta. Me quedé paralizada. Cerré mis ojos y escuché una voz ronca que decía:“No hagas demasiado ruido… o te mato.”En ese momento entré en pánico. El tipo me destapó la boca lentamente, pero sentí más presión metálica sobre mi cuello. Le supliqué casi sollozando:“Por favor, no me mate, haré lo que Usted diga…”El hombre sonrió y levantó mis manos hasta la cabecera metálica de la cama. Enseguida me las sujetó con un precinto de plástico a los barrotes, siempre apoyando esa fría navaja contra mi garganta…Estaba a punto de gritar de pánico, pero me contuve por miedo a que de verdad fuese capaz de matarme. Se alejó y empezó a rebuscar en mi armario. Volvió con un pañuelo de seda y me tapó la boca, ...
    ... anudándolo detrás. Yo estaba temblando.El tipo se puso de rodillas en la cama y, con esa navaja, empezó a cortar los pantalones de mi pijama. La sentía rozando mi piel. Me quitó los restos del pantalón de un tirón, pellizcándome las piernas. Recordé que me había puesto una tanga negra muy breve, casi un hilo dental, que apenas cubría mi vulva depilada. El hombre silbó al ver mi cola redonda, con ese hilo metido entre mis cachetes. Nunca me sentí tan desnuda, a pesar de que me había quedado la camiseta de algodón intacta.Yo me sentía humillada. Esto era una fantasía que siempre había soñado, pero no me sentía igual que en mis sueños. El sentimiento predominante era el miedo. Estaba cada vez más asustada.Me arrancó la tanga de un tirón, desgarrándola entre sus rudas manos. Me salió un gemido apagado de mis labios. Me desató el pañuelo de la boca y, sin que yo lo esperase, me metió la tanga entera en la boca y me volvió a amordazar. Yo no esperaba que ese pequeño trozo de seda estuviera tan mojado con mis jugos. Pero evidentemente, la situación me había excitado mucho, a pesar de la sensación de miedo que tenía…El hombre bajó sus manos a mi entrepierna, pero entonces yo intenté cerrar mis muslos, sin poder evitar sentir un escalofrío. Metió su mano entre mis piernas, pero yo las cerré todavía con más firmeza. Me puso la navaja frente a los ojos, en silencio…Asentí con mi cabeza y abrí las piernas. Me sentía muy humillada.Me tocó la vulva con sus dedos y se levantó la vista para a mirarme ...
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