El señor Manuel XIV
Fecha: 11/10/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Masturbación
Autor: dbeni72, Fuente: xHamster
Los truenos iban bajando de intensidad, y solté la mano del señor Manuel, quedándome quieta todavía con el susto que tenía.Según se iba calmando la tormenta, noté como nuestro vecino había cogido el sueño, y los truenos iban sustituyéndose por sus ronquidos. Ahí estaba yo, tumbada junto a él en la misma cama, a un lado tenía la pared, y al otro estaba el señor Manuel durmiendo en pantalón de pijama corto, y yo con el sensual camisón, aunque en la oscuridad de la noche apenas se veía su silueta. No podía bajarme, ya que por un lado estaba él durmiendo, y por los pies, era una cama antigua castellana con su armazón de madera, con una especie de cabecero también a sus pies, que obligaba a saltarlo y hacer movimientos un tanto extraños si quería escapar por ahí, así que permanecí quieta sin moverme para no despertarle.La noche avanzaba, y no conseguía coger el sueño entre el calor y la situación tan extraña de estar en la cama de otro hombre yo sola en mi casa. El señor Manuel estaba durmiendo profunda y plácidamente, sin importarle que estuviera a su lado.De pronto se giró hacia mí, y los ronquidos en esa posición cesaron, pasando a una respiración profunda cerca de mi cabeza. Su mano se apoyó sobre mi cuerpo, justo por debajo de mi pecho derecho, y su rodilla derecha descansaba junto a mi pierna, quedando mi brazo derecho junto a su cuerpo, y mi mano rozaba el pantalón de su pijama. Mi brazo estirado estaba en contacto con todo su cuerpo, sintiendo su piel, y notaba su mano ...
... relajada sobre mí. No quería despertarle, así que permanecí muy quieta.No sé lo que me pasó, pero la situación me comenzó a excitar, ya que ese contacto era totalmente involuntario y se le veía dormido. Tenía a nuestro vecino pegado a mi lado, con su mano apoyada en mí camisón y rozando la zona baja de mi teta derecha. Mi mano estaba junto a su pantalón, e instintivamente acerqué los dedos un poco más para que mis dedos rozaran más lo que había tras ese pantalón. Giré la mano hacia él, dejando el dorso hacia arriba, y mis dedos empezaron a curiosear.Lo primero que noté fue la tela del pantalón. La curiosidad me tentaba a seguir acercando más los dedos e inspeccionar, y la tranquilidad de su relajados resoplidos me indicaban que seguía durmiendo profundamente. Mis dedos empezaron a notar un bulto, poco a poco fui inspeccionando, tenía la yema de mis dedos tocando su pene flácido, y esa actitud furtiva me hizo calentarme.El juego de estar a su lado me estaba poniendo muy caliente, y quería seguir inspeccionando. Bajé un poco más la mano, y toqué suavemente sus testículos separados únicamente por la fina tela de algodón de su pantalón. Estaba blanditos y tenían un tamaño mayor que el de mi marido. Quien me iba a decir unos días antes que iba a estar palpando a escondidas sus partes.Elevé de nuevo el hombro, para volver a dejar que su polla apoyase sobre mi palma y mis dedos, y me quedé quieta en esa postura. Me gustaba la sensación de tener su miembro en contacto y separado por tan ...