1. Sora | Angel y Angela (Princesa) Parte 3


    Fecha: 12/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Soraangels, Fuente: SexoSinTabues

    ... no me amas, es arrechera, simple calentura. - no dije nada solo continúe acariciándola. - Ángela, eres la niña más linda del mundo – ella rio suavemente. - qué te pasa – me agarro la cara. - ¿acaso es verdad - - no me crees - - que mi hermano gemelo se enamoró de mi, cosa rarísima, eso no es narcisismo - Le tumbe sobre el suelo agarre sus piernas y echando a un lado sus pantaletas procedí a penetrarla, el ritmo era constante, ella era deliciosa, estaba mojadita, suave, encajaba yo a la perfección dentro de ella. Como si fuéramos un molde inverso. Sus pechos entraban en mis manos, mi pene en su vagina. Sus brazos sobre mi cuello, ambas bocas juntas. Ella comenzó a gemir suavecito, yo aumentaba la velocidad a ratos, cosas que hacía que gimiera más fuerte, pero paraba a tiempo para aumentar el momento. Agarre su trasero, un precioso trasero unido a un par de piernas fuertes que me amarraban por detrás. - ángel hazlo rico, dale te guio – no respondí. Agarro mi cintura con sus muslos – dale lento – me dirigía, así, con calma, disfrútalo. Te gusta con tu hermanita, que porquería de persona eres. Puedo sentir tu pene, esta temblando tus caderas, te gusta – te correrás dentro de tu hermana. Empecé a empujarla constantemente, mi pene entro lo más profundo que podía dentro de ella. Ella me agarraba con sus piernas. - se siente como palpita, esta rico – esas palabras acompañaron un gemido corto de mi parte, luego de esto todo estaba en blanco. Un chorro de semen entro en su vagina ...
    ... directo en el fondo. Ella se relamió mirándome a la cara. - te amo – la bese. - cuentos de hadas bebe, pero estuvo rico, no te lo puedo negar - Ella se levantó, era una diosa hermosa, se acomodó las pantaletas a su lugar, tenía un abrigo de lana gris sobre el cuerpo, se lo quito y pude ver una camiseta blanca de hombre bajo esta. Era tan grande que sus pechos se salían por los lados. - iré a bañarme - - no por favor - - que, ¿quieres más? - - si, porfa, se puedes - - qué pides permiso, antes solo me violabas - - Ángela – me levante, la bese – te quiero, te deseo - - qué raro eres - Estábamos en la sala, así que coloco una rodilla sobre el sillón y se inclinó hacia adelante. Yo le baje las pantaletas, las cuales tenían una ligera línea de humedad en la mitad. Mire su gran y lindo trasero que estaba tras la falda de tela corta que usaba. Con mi pene muy erecto procedí a encontrar el lugar, no tarde nada, resbale dentro de ella. Ella soltó un pequeño sonidito y recostó su cabeza al almohadón. El movimiento era rítmico y chapoteaba poquito. Mi cuerpo casi se desmoronaba de placer y a ella le temblaban las rodillas. Me agarro la nalga cuando me corrí de nuevo. - déjalo adentro un momentito, así, así – se relamía. Era excitante saber que le proporcionaba placer. Era mejor que solo poseerla. Era mejor que cualquier cosa. Saque mi pene de ella, estaba flácido. - ¿satisfecho? – pregunto. Le abrace – eres la mejor – dije tontamente. - eres rarito sabes – ella se fue a su cuarto Yo me quede ...