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La esposa de mi jefe me da señales hasta en la sopa
Fecha: 28/10/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Ramon6006, Fuente: CuentoRelatos
Se dice que solo tenemos 5 segundos para dar una buena primera impresión... y yo pienso que le di una fantástica primera impresión a la esposa de mi jefe que no paraba de mirarme de arriba abajo. Fue un día de tantos, de esos en qué la semana se hace larga y quieres que acabe de volada. Ese día fue bastante rutinario yo andaba en piloto automático y no le daba mucha atención a las personas, solo hacía mi trabajo y casi no conversaba con nadie, tan solo lo necesario. Ese día para variar mi jefe regreso al taller con un enorme mueble en la parte trasera de su camioneta y necesitaba hombres grandes y fuertes para subirlo a la segunda planta de su casa. Él me preguntó a mi primero que si le ayudaba a subirlo a la recámara de su casa, pues soy el hombre más grande y fuerte del taller... Soy bastante alto, mido casi 1.90 de complexión atlética no musculoso más bien normalito... me gustan las artes marciales y la natación... rubio y mis ojos se ven del mismo color que mi cabello. Con mi descripción en la mente ya se imaginarán porque llame bastante la atención a la esposa de mi jefe, que tiene predilección por los güeritos je je Me dice mi jefe: - Ramón, mira el clóset que compré para mí esposa está bien chingón. - Sí! Está enorme, ya me imagino el dineral que le costó. - Sí!... es de los más buenos y duraderos que encontré pero como decía mi suegro "lo bueno cuesta". - ájala! Está muy bonito además de costoso! - Bueno Ramón! Háblale a tu ...
... compañero que venga... para que nos ayude a subirlo hasta el cuarto de mi casa! Y de una vez nos traemos el mueble viejo para ver qué hacemos con él. - Simón! Ahorita me lo traigo! Ya trepados en la camioneta nos fuimos para su casa y en el transcurso del camino veníamos platicando sobre como se iba a poner de contenta su esposa por su nuevo regalo. Llegamos a su casa, nos bajamos y me acerqué a llamar a la puerta principal de la casa! Me recibió una de sus hijas y me saludo de abrazo y beso porque ya nos conocíamos de antes. - ¡Ramón! ¿De verdad eres tú? ¡Que sorpresa verte por acá! ¿Andas perdido? ¿Cómo es que diste con mi domicilio! Cómo estás? - Hola Andrea! Je je! No. No sabía que vivías aquí, venimos a subir un clóset al cuarto de mi jefe y pues... ¡esta es su casa! Con cara de asombro me preguntó: - A poco trabajas para mi papá? - Sí! Cómo ves Andrea! A poco tú eres hija de él? Que pequeño es el mundo! - ¡Pásate - pásate! ¡Estás en tu casa! ¡Déjame que te sirva un vasito de agua o algo! Pásate! Yo entré siendo jalado de la mano de mi amiga hasta su cocina, sin importarme, ni compañero ni mi jefe, que estaban afuera desatando el enorme clóset que estaba bien amarrado a la camioneta. Me senté en una de las sillas del comedor mientras ella me servía agua. Ella me preguntaba que cómo estaba y que había hecho de nuevo, etc., nos quedamos ahí un rato platicando en lo que me terminé mi vaso de agua y como a los 5 minutos de estar platicando con ella ...