1. Isa, de rancia reprimida a sumisa caliente (I)


    Fecha: 05/11/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: SirSenior1964, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Miguel, 59 años, 178 cm, ojos azules, 90 kilos al que la vida no ha tratado físicamente mal más allá de la perdida de parte del pelo entrecano y ganancia del perímetro abdominal pertinente.
    
    Pero no desagradable o al menos eso dicen.
    
    Isa como la solían llamar tiene mí misma edad aproximadamente, y si bien los años que coincidimos laboralmente no hubo nada más que conversaciones triviales, siempre tuve la sensación de que teníamos muy buen feeling, y que podíamos haber llegado a más si no hubiera sido porque yo estoy casado y ella es sumamente cortada.
    
    Ella es una mujer delgada, morena, 1,68 m, culta, con unos ojos azules espectaculares, atractiva, con aire melancólico y daba la impresión de ser algo maniática, posiblemente fruto de su soltería y de vivir sola.
    
    Había ido ascendiendo en la empresa hasta secretaria de Dirección, lo que no le dejaba mucho tiempo para congeniar con el resto de la plantilla, situación que ella agradecía, por lo que muchos pensaban que era un bicho raro, en algunas ocasiones se definía así misma como rancia, la primera vez que la oí utilizar ese término para definirse lo primero que pensé que lo que la hacía falta era un buen polvo.
    
    Debido a reajustes en la empresa tuve la oportunidad de hacer una prejubilación, en unas buenas condiciones, unos meses más tarde me envió un whatsapp para decirme que también se prejubilaba, alguna vez lo habíamos hablado, que quería disfrutar la vida, ahora que todavía se encontraba con ...
    ... una salud más que aceptable.
    
    Empezando por un viaje con una amiga de unos pocos días. A su vuelta la llamé pues pensaba ir con mi familia al mismo lugar y que me contará su viaje, me envío algunas fotografías de rigor en las que no aparecía, le dije que para eso ya están las postales. Instantáneamente me envió fotos suyas, me gustó la rapidez y disposición con que lo hizo.
    
    Al poco tiempo teniendo que realizar unas gestiones la llamé para tomar un café y ponernos al día, quedamos en el centro pues no tenía muy claro donde vivía, apareció con falda, una blusa y zapatos con algo de tacón, me agradó el conjunto elegido, en los más de 10 años que trabajamos juntos tan sólo la vi con falda en una ocasión.
    
    Empezamos hablar de banalidades, recuerdos, proyectos, aficiones, etc., en un momento quedándose reflexiva apareció una mueca de resignación y me dijo que era una pena no poder compartir ese tiempo con nadie. Aproveché diciéndole que, siendo una mujer tan atractiva, no tendría problemas para "compartir su tiempo" con amigas/–os y que nunca era tarde, me contestó que solo para hacer alguna visita a museos y exposiciones pero que no le gustaba en exceso la gente, se había acostumbrado a estar sola, a lo que añadí que estar con la gente tenía el inconveniente de tener que quedar con ella para socializar, como nosotros con el café.
    
    Me miró y dijo que eso era distinto mostrando en su mirada un gesto de complicidad.
    
    Se notaba que el tema de la soledad le incomodaba, por ...
«1234...»