1. Mi novio me entregó a su amigo


    Fecha: 30/11/2023, Categorías: Hetero Autor: Shazam, Fuente: CuentoRelatos

    ... despeinándolo mientras lo llevaba a mi cuello y mi oreja.
    
    -Me faltan manos, gordo. No alcanzo a tocar todo. Ayúdame un poquito, amigo. Dijo el Rodo mientras seguía jugando conmigo. Eso no lo habíamos hablado, pero me dio morbo y curiosidad… además, mientras más manos, mejor… no? Pero nunca me imaginé que el Rodo se iba a animar, porque él a veces es posesivo y celoso. Lo que no sabía yo, era que estaba todo planeado.
    
    El gordo saltó como un resorte y se arrodilló frente nuestro. Se seguía sobando la pija con una mano y con la otra muy despacio se acercó a la teta con corpiño y me la tocó. Primero la agarró con toda la mano y le hacía como masajes despacito… como tanteando el terreno. Después se animó a más y empezó a hacer redondelitos en mi pezón y a pellizcarlo bien suavecito. Yo sentía su aliento a Fernet cerca de mi cara pero me concentraba en la boca del Rodo que parecía que me iba a dejar marcas en el cuello.
    
    -Ayúdame más, gordo. Mirá cómo está… punto caramelo. Mirá que mojadita tiene la bombachita. Sacaselá. Le ordenó mi novio a su amigo.
    
    El gordo en un segundo ya me estaba levantando con su fuerza de oso y sacándome la bombacha. El Rodo había aprovechado la maniobra y me había desabrochado el corpiño. La otra teta quedó al aire. El Rodo volvió con su mano experta a dedearme el clítoris y un pezón y le hizo otro pedido al gordo:
    
    -Chupale acá, que está sequito. Le dijo con una voz ronca mientras me agarraba con dos dedos un pezón. El gordo se acercó y me ...
    ... empezó a besar y mordisquear bien despacito el timbre que lo tenía colorado de tanto estímulo. Yo sentía la pija del Rodo abajo mío que estaba durísima. Él seguía frotándome el clítoris y con la otra mano me agarró mis brazos, y como dándome permiso, llevó mis manos a la cabeza del gordo. Yo lo empecé a llevar a una teta y a la otra. Cada vez estaba más resbalosas de toda la baba que el gordo me iba dejando. Era raro agarrarle la cabeza medio mojada al gordo, que tenía poco pelo y estaba rapado… casi parecía pelado.
    
    El Rodo me hizo un poquito para adelante y quedé sentada en sus rodillas mientras seguía llevando al gordo de un pezón al otro. El gordo aprovechaba las manos para tocarme entera. Las piernas, las gomas, la panza, la espalda, el orto. Sentí un ruidito y era la hebilla del pantalón del Rodo. Se levantó un segundito y cuando me llevó otra vez para atrás, ya sentí la carne sobre la carne. Se había quedado en pelotas. Hasta la camiseta se había sacado. Los pantalones le cayeron a los tobillos.
    
    Gordo, ahora chupale la conchita… le pidió el Rodo a su amigo. Yo abrí las patas y el gordo empezó a devorarme el clítoris. El Rodo me restregaba la pija por el orto y me pinchaba los pezones embadurnados con la saliva de su amigo.
    
    -Te gusta, princesa? Te gusta? Me decía al oído. Yo gemía pero me hacía la boluda y no contestaba.
    
    -Gordo, ahora te voy a mostrar otra cosa que le encanta a mi princesita. Le dijo a su amigo mientras a mí me ordenó en el oído: Chupame bien ...
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