Reencuentro entre sábanas
Fecha: 16/12/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... lado para dejar hueco a la recién llegada.
Los muelles de la cama protestaron mientras Susana se deslizaba bajo la sábana para quedar acostada de lado, mirando a su amigo.
- Ha pasado tiempo.
- Un poco.
Juan acarició el rostro de Susana.
- Acércate.
La aludida obedeció acercándose. Los labios se encontraron.
Susana cerró los ojos disfrutando del sabor de la boca de Juan y con algo parecido al ansia introdujo su lengua explorando cada rincón.
Luego le llegó el turno a las tetas. Con la ayuda de su anfitrión se quitó el camisón y el sujetador y dejó que la manoseasen mientras de su boca se escapaban gemidos y por su piel corría el placer.
Excitado, Juan abrazó a su compañera y deslizó la mano bajo sus bragas atrapando sus tiernas nalgas. Los dedos acabaron hurgando más abajo, perdiéndose en la raja, localizando el ano para acabar descubriendo la entrada a la vagina. Allí se detuvieron, pringándose con el lubricante natural y explorando el interior, haciendo que el cuerpo de Susana se estremeciese temblando.
El hombre, finalmente, sacó la mano y ayudándose con la otra se quitó la camiseta y se desprendió de los calzoncillos. La mujer, atenta a los movimientos de su amante, agarró el cálido miembro y agachándose sacó la lengua y empezó a lamerlo. Juan, le acarició el cabello durante unos instantes para luego, inclinándose hacia delante, quitarle las bragas y comenzar ...
... a besarle el culo. Susana cambió de posición dando la espalda a Juan que quedo tumbado boca arriba, con el trasero de la mujer al alcance de su rostro mientras ella comenzaba a chuparle el pene.
La siguiente postura fue la del perrito. Juan enfundó su herramienta en un preservativo y enculó a Susana. Primero atacando y envistiendo el coño por detrás y luego, en consenso con la receptora, intentando introducir el pene por el agujero del culete, despacio. La sensación de control, unida a la respuesta positiva de su amiga que disfrutaba y pedía más, no hicieron más que aumentar el deseo de ambos.
Juan, maestro en el arte de aguantar, resistió los espasmos con el miembro palpitando a punto de explotar contrayendo las nalgas. Esperando a que su compañera llegase ahí.
Susana comenzó a temblar, la espalda arqueándose, el cuerpo descontrolado. Juan dejó escapar un grito y se dejó ir, el semen disparado cayendo sobre las nalgas y la espalda de Susana. Luego se dejó caer sobre ella para notar el tacto de cada centímetro de su piel y sentir la electricidad. Quería fundirse en ella, transformarse en lengua que baila con otra lengua un tango lleno de saliva y sensualidad.
Minutos después, rendidos por el ejercicio, ambos amigos descansan sobre la cama. De vez en cuando una caricia, de vez en cuando una sonrisa.
Para ser el primer día no ha estado mal.
El plan para mañana es bañarse juntos.