1. Los deseos de Damaris


    Fecha: 19/12/2023, Categorías: Lesbianas Autor: ArgioB, Fuente: CuentoRelatos

    ... largo y profundo beso. Mi respiración se acelera aún más. Miro hacia la puerta, temiendo que pueda entrar alguien, me moriría de vergüenza si nos llegan a ver. Pude haberme zafado de ella, pero quiero y deseo que siga, que me toque, que me haga subir al cielo o al mismísimo infierno, aunque solo fuera por un momento. Elisa, desliza una mano por mi espalda y la pone sobre mis nalgas, apretándome contra ella, mientras libera mi pecho de la ropa interior que lo mantiene oculto parcialmente. Su respiración se hace mucho más profunda y sonora cuando pone su mano sobre uno de mis senos oprimiéndolo con deseo. La destreza con que Eliza desliza sus manos por mi cuerpo me hace gemir y cerrar los ojos. Acaricio su espalda, sus brazos, sus pechos, pero no me atrevo a bajar. No había tenido nunca entre mis manos a una mujer, sin contar con que nunca había sido tan atrevida como para consentir lo que está ocurriendo en este instante. Elisa, comienza a besar mi piel desnuda por todas partes, y yo, apenas puedo soportar esta sensibilidad tan placentera; siento erizado el vello, los pechos y el cuerpo entero. Veo mi torso completamente desnudo, cuando Elisa se retira de mí ligeramente para agarrar mi falda por ambos lados y subirla bruscamente hasta la altura de la cintura, pasando a acariciarme la cara interna de los muslos con la yema de los dedos, ascendiendo lentamente. Tiene la mirada clavada en mis ojos, lánguida, seria, la boca entreabierta y la respiración jadeante. Creo que busca ...
    ... mi aprobación para proseguir, y yo, no se la pienso negar, me tiene por completo, rendida a sus pies. Coge una de mis manos y la pone en su sexo sobre su vestido. Me estremezco. Sonrío ligeramente mientras mi pecho sube y baja con rapidez. Estoy excitada, tremendamente excitada. Deslizo mis manos por debajo de su falda buscando nerviosa su humedad. Pero Elisa, no me deja seguir. Me gira bruscamente en dirección al espejo y aprisiono mi cuerpo entre el suyo y la encimera de mármol obligándome a doblegarme ligeramente hacia adelante. Noto como una de sus manos me acaricia el muslo y clava sus uñas en mis nalgas sobre la ropa interior; mientras que la otra mano, comienza a masajear mis senos y me besa la espalda. Gimo una y otra vez, y la humedad entre mis muslos se hace mucho más intensa, cuando Elisa, rasga el encaje de mi ropa interior haciéndola caer al suelo, me libera por completo del top y de la minifalda, para luego deshacerse de su vestido y vuelvo a sentirla sobre mí. Puedo ver su rostro y sus pequeños, pero firmes senos a través del espejo, su rostro desencajado junto a mi nuca, su aliento confundiéndose con el mío, empañando la pared de espejo que nos observa a las dos, me sujeta con fuerza por la cintura, mientras comienza a dejar un camino de besos por toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas; las muerde, las lame y vuelve a morderlas. Sus dedos comienzan a frotar con delicadeza mi clítoris, y yo, me aferro al espejo, mientras levanto una de mis piernas y la coloco ...
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