La interminable noche sexual de Año Nuevo (parte 4)
Fecha: 24/12/2023,
Categorías:
Intercambios
Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos
-Chicas, con Diego vamos a sacarnos el gusto a cloro, dije y tomé de la cintura a mi amante para salir de la pileta, como si fuésemos novios.
Me siguió, lo hice subir primero por la escalerilla, para lamerle el culo y mordisquearle los glúteos y nos fuimos a la ducha que había cerca. Era una suerte de poste con dos lluvias contra puestas a cada lado.
-Ahorremos agua, le pedí y abrimos un solo grifo para bañarnos juntos.
Nos enjabonamos mutuamente con gel de baño, él profundizando en mi culo y yo en sus genitales sobándole generosamente su pija empinada de nuevo.
-¡Sos un potro! Estás siempre al palo, no se te baja nunca, le dije y lo atraje hacia mí para comerle la boca apasionadamente.
Mientras lo tomaba de la cabeza para el morreo, él se apoderaba de mis nalgas y las masajeaba empujándome contra su cuerpo. Estuvimos así varios minutos dándonos profundos lengüetazos y girando hacia un lado y hacia otro como poseídos, sin dejar de acariciarnos y sobarnos el culo y la pija.
Tuvimos que despegar nuestros labios para respirar y recuperar aliento, aproveché para enjuagarlo bien y empecé a lamerle el cuello, los pectorales, mordí suavemente sus pezones erectos, lamí uno por uno sus abdominales, me comí su perfecto ombligo ovalado, casi femenino, hasta que llegué a su glande rosado, brillante y palpitante que chupé con mucha dulzura al principio y luego me lo comí con avidez, tratando de engullirme la mayor parte de su tronco venoso y recto como un mástil. Lamí, ...
... chupé, saboreé y tragué su hermosa pija haciéndolo estremecer de placer, mientras le iba metiendo el dedo índice en el orificio de su ano que tanto deseaba gustar.
Me tomó suavemente de la cabeza para cogerme por la boca y empezó a menearse al compás de mi masaje anal, al que ya había sumado mi dedo medio. Lo dejé hacer para dilatar más su precioso culo virgen, mientras me comía el apetitoso manjar de su pija siempre dispuesta, mirándolo a los ojos como pidiéndole cada vez más y él me daba más y más.
Se picaron las chicas, que habían estado reposando y vinieron por lo suyo, ávidas de poronga, como yo. Se arrodillaron las dos y me hicieron a un lado para compartir el miembro del semental, al tiempo que yo me paraba a desgano dejándoles lugar y volviendo a apoderarme de la boca generosa de Diego frenéticamente.
Él tenía las manos ocupadas empujando las cabezas de las chicas que le estaban chupando la pija con ansia, así que me coloqué detrás suyo para apoyarle mi poronga entre sus glúteos y besarle el cuello, los omóplatos, le lamí la columna vertebral de arriba abajo y de nuevo hacia arriba provocándole escalofríos que le ponían la piel de gallina, mientras no dejaba de jadear por la tremenda mamada que le daban entre las chicas.
Mi lengua jugueteaba en su espalda hasta que siguió de largo metiéndose entre sus firmes y redondas nalgas que separé para lamer en círculos su rosado orificio que ya había trabajado con mis dedos haciendo que inclinase un poco su torso ...